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domingo, 1 de noviembre de 2015

17 - Estudiantes y las Copas (I): La era de Zubeldía



El rey de copas de la ciudad


Campeones mundiales sudamericanos (al 2021).

Estudiantes de La Plata ha ganado varios títulos a nivel nacional, siendo incluso el primer equipo "chico" en obtener un campeonato regular de la AFA. Sin embargo, su nombre también está asociado a varias gestas internacionales, que son las que le dieron las mayores páginas de gloria al club. En esta entrada vamos a repasar la participación de Estudiantes en todos los torneos internacionales oficiales que disputó: copas Libertadores, Intercontinental, Interamericana, Sudamericana, Recopa, Super Copa y Mundial de Clubes.

La participación en torneos internacionales de carácter amistoso la repasamos junto a la historia local, ya que las consideramos simples giras preparatorias, a pesar de que en algunas de ellas el Pincha se enfrentó a rivales de primer nivel.

Esta es la historia INTERNACIONAL de Estudiantes de La Plata, el Rey de Copas de la ciudad.

En el Top de los equipos coperos


Estudiantes de La Plata ostenta una serie de récords que engalanan la historia y la trayectoria futbolística de la institución a nivel mundial.

El Pincha es el 4° club argentino con más participaciones internacionales CSF/FIFA en torneos oficiales confederativos e interconfederativos. 

Desde que la Conmebol comenzó a organizar la Copa Libertadores de América (otrora "Campeonato Sudamericano de Clubes Campeones de Fútbol") en 1960, el Pincha acumula un total de 40 participaciones oficiales a nivel internacional y es el 4° equipo argentino con mayor cantidad de presencias en torneos confederativos, desde hace seis décadas.


Estudiantes sólo es superado, en este rubro, en Argentina, por River (72), Boca (67) e Independiente (59). Enseguida, con 40, emerge Estudiantes, que supera a equipos de los denominados "grandes", como San Lorenzo (35) o Racing (32).

Nuestra institución acumula 16 participaciones en la Copa Libertadores, 11 en la Supercopa de Campeones, 8 en la actual Sudamericana, 3 finales de Copa Intercontinental y una participación en el Mundial de Clubes, en la Recopa y en la extinta Copa Interamericana, aquella que le ganamos al Toluca mexicano en 1969.

TOP 5 DE ARGENTINA


1. River 73
2. Boca 68
3. Independiente 60
4. Estudiantes 41
5. Vélez 36

Tomando en cuenta sólo la participación en Copa Libertadores de América, Estudiantes se ubica en el sexto puesto con 16 participaciones.

Participaciones en Copa Libertadores de América (a 2022).

En la tabla de campeones de la Copa Libertadores de América, Estudiantes también aparece en un lugar destacado: comparte la cuarta ubicación con River Plate, ambos con 4 copas, sólo superados por Independiente (7), Boca Juniors (6) y Peñarol (5).

Datos a diciembre del 2020.

Campeones de la Copa Libertadores de América (al 2021).

Campeones de la Copa Libertadores de América (al 2020).

Y si extendemos el conteo de títulos continentales a nivel mundial, Estudiantes con sus 4 Copas Libertadores ocupa el 18° lugar.

Campeones continentales a nivel mundial (al 2020).

Con su tricampeonato en la época de Zubeldía, Estudiantes de La Plata es uno de los siete equipos que pudieron ganar la Copa Libertadores de América en forma consecutiva.

Datos a diciembre de 2021.

El Pincha también se destaca por su efectividad en la Copa Libertadores de América, ubicándose en el 3° lugar detrás de los brasileños Cruzeiro y Santos, y como el mejor equipo argentino, con un promedio de 60,67 %.

Efectividad Copa Libertadores de América.

Con 70 victorias, Estudiantes de La Plata es el quinto equipo con más partidos ganados en la Copa Libertadores de América.

Datos a diciembre de 2021.

Finalmente, Estudiantes de La Plata es el único campeón de la Copa Libertadores de América con el 100% de los puntos (año 1969).

Porcentaje de puntos de los campeones de la Libertadores.


Copa Libertadores de América 1968


Estudiantes ya era Campeón Metropolitano, acababa de consagrarse Subcampeón Nacional invicto y tenía en sus manos un pase que lo habilitaba para disputar por primera vez en su historia una Copa Libertadores de América, el máxime certamen continental para equipos. Unos años atrás hubiera sido impensable. Pero para aquel Estudiantes nada era imposible.

La clasificación para jugar la Copa Libertadores de América planteó problemas impensados. Por ejemplo, resolver la situación de aquellos futbolistas que ya habían fijado, con sus novias, la fecha del casamiento. Había cuatro jugadores en esa situación: Madero, Bilardo, Aguirre Suárez y Echecopar. Zubeldía fue categórico con ellos al llegar las fiestas de fin de año: "se casan ahora o esperan hasta que termine el año que viene". Y los cuatro pasaron por el Registro Civil antes del 10 de enero, fecha de iniciación de la pretemporada en Necochea.


Casamiento de Carlos Salvador Bilardo.

Estudiantes ingresó a la Copa Libertadores (1968) prácticamente con el plantel que había ganado el año anterior el Metropolitano. Sólo se reforzó con dos jugadores de Platense: Néstor Togneri y Luis Fernando Lavezzi, pero se desprendió de Bedogni y Mateos. El elenco de Zubeldía ya estaba consolidado prácticamente en todas sus líneas aunque un hecho fortuito hizo amalgamar especialmente a la defensa, al incorporase a ella Raúl Madero, definitivamente, para ocupar el lugar del lesionado Enry Barale. Este episodio ocurrió ya coronado Estudiantes como Campeón Metropolitano. Recordemos que Madero, quien había llegado de Boca Juniors aún antes de la contratación de Zubeldía, se desempeñaba como volante central, puesto en el que alternaba con Pachamé, según se jugara de local o de visitante. Y que el zaguero titular durante todo el Metro había sido Enry Barale, severamente lesionado en la recordada semifinal con Platense.

A partir de entonces, jugó a algunos partidos, incluida la gran final del Metro frente a Racing, Hugo Spadaro, haciendo dupla con Aguirre Suárez. Pero terminado el Metropolitano, y antes de que diera comienzo el Nacional de ese mismo año 1967, Estudiantes debió afrontar una gira por Europa, ya se que se habían concertado una serie de partidos amistosos en España y Portugal, donde tuvo lugar el episodio que colocó a Madero como zaguero.
"Aquella gira estuvo plagada de dificultades en su desarrollo, ya que se debía jugar día por medio, cambiando de lugar continuamente, con todos los inconvenientes imaginables en los viajes, desde tener que dormir sentados en los aeropuertos, hasta tener que viajar diez horas en colectivo antes de los partidos. No obstante ello, el equipo mostraba una cohesión espiritual que marcó la línea de conducta del grupo durante toda la gira.
Lo difícil del esfuerzo que se realizaba ocasionó más lesiones de lo que resultaba habitual, hasta que llegó un momento en que casi todos los zagueros con que se contaba en el plantel, estaban lesionados. Fue entonces cuando Madero le propuso a Zubeldía que podría cumplir con la función de alguno de ellos hasta tanto se recuperaran. Esta circunstancia, casi fortuita, le permitió al fútbol argentino contar con quien a mi entender fuera el más talentoso, técnico y prestigioso zaguero de la época. El resultado futbolítico de la gira no fue de los mejores, con más derrotas que triunfos, pero el resultado positivo de la misma estuvo en aquel grupo que volvió más unido aún de lo que estaba, y en que se había descubierto a un zaguero excepcional" (Dr. Roberto Marelli, médico y autor del libro "Por qué y cómo Estudiantes fue campeón del mundo"; cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 240, Eds. Atlántica).

Primera Rueda


Las batallas con Independiente


El sorteo de la Libertadores le había marcado a Estudiantes que debía integrar un mismo grupo frente a Independiente de Argentina, y los colombianos del Millonarios y el Deportivo Cali. Y clasificarían para la siguiente fase los dos primeros equipos del grupo. E Independiente se presentaba como el rival más difícil de todos.

Fue así que el debut en la Copa llegó el sábado 27 de enero de 1968 en la cancha de Independiente. Y fue una noche épica. El primer gol llegó a los 30 minutos del primer tiempo, córner desde la izquierda que ejecuta Ribaudo, peinada hacia atrás de Verón y cabezazo de Echecopar al segundo palo. Pizarrón, laboratorio y gol. Estudiantes ganaba en la doble visera por 1 a 0.

Tras el empate de Bernao para los rojos, a los 40 minutos, se clausuró el primer tiempo. Un empate de visitante no estaba nada mal, aunque todavía quedaban 45 minutos por jugar, todo el segundo tiempo. Y qué segundo tiempo...


A los seis minutos nomás, Bilardo la pisó en la medialuna rival, se desplazó hacia la izquierda y tocó adentro para Ribaudo; Felipe giró y remató de media vuelta, la pelota rebotó en el paraguayo Monges y salió hacia la izquierda, justo donde estaba Verón; la Bruja la empalmó como venía y su zurdazo alto sacudió la red de Santoro. Golazo para estampar el 2 a 1 y hacer vibrar a La Plata.

Pero habría más en esa noche de gloria. Porque a los 20 minutos de ese segundo tiempo Pachamé se fue al ataque por la derecha, retrasó para Bilardo, quien alargó para Malbernat que llegaba por la izquierda, la devolvió para el narigón y levantaron una pared fenomenal; luego Cacho combinó con Ribaudo, quien metió un derechazo al segundo palo para decretar el 3 a 1 que ya parecía ilevantable.

Luego descontó Artime para los rojos a los 26, y a los 41 minutos Ribaudo le pondría cifras definitivas al marcador. Cortó Bilardo un avance de Independiente, la cruzó a la izquierda para el pique de Lavezzi que había ingresado por Echecopar, y el veloz puntero enfrentó a Monges con Ribaudo ingresando libre por el medio, toque justo y Ribaudo que vuelve a someter a Santoro con un remate por elevación. 4 a 2 y delirio en Avellaneda.


Claro que ese partido, además de los goles, tuvo rispideces al por mayor. A los 29 minutos del primer tiempo, Acevedo le entró fuertísimo a Conigliaro, el nuestro reaccionó y afuera los dos. A los 12 minutos del segundo tiempo, Monges fue violentamente contra Verón, la Bruja reaccionó y el juez Coerezza lo echó, aunque se tendría que haber ido primero el de Independiente. En el mismo momento ingresó a la cancha el Pepe Urruzmendi y estableció un récord mundial. Sin siquiera tocar la pelota, le tiró una patada alevosa a Aguirre Suárez y luego le tiró una trompada a Malbernat. El uruguayo de Independiente estuvo en la cancha apenas dos minutos, y de esos dos minutos la pelota estuvo en juego no más de 20 segundos, es decir que Urruzmendi ni siquiera alcanzó a tocar el balón cuando ya estaba expulsado.


Cobertura de la revista El Gráfico N° 2521 del 30 de enero de 1968.





Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

La aventura colombiana


Con aquel triunfo obtenido en calidad de visitante frente al rival más poderoso del grupo, Estudiantes conseguía una ventaja tranquilizadora para iniciar su experiencia en tierras colombianas, frente al Cali y, cuatro días después, al Millonarios. Su primer partido en Colombia lo disputó el 7 de febrero de 1968, frente a Millonarios y debió afrontar el compromiso con dos bajas fundamentales en su delantera, nada menos que Verón y Conigliaro, expulsados durante la batalla con Independiente. Los reemplazantes fueron Flores y Lavezzi respectivamente. Y salieron airosos los de Zubeldía al vencer por 1 a 0, con un gol marcado a los 10 minutos del segundo tiempo por el Bocha Flores.

Primera Copa Libertadores y Estudiantes pone en marcha 
el "antifutbol" a nivel internacional mandando a Bilardo a estudiar 
y ver cómo jugaban los colombianos...  El agente 007 entrenaba, jugaba y 
se hacía tiempo para viajar y estudiar a los rivales de turno...  
El final de la nota lo sintetiza: "Estudiantes lo había organizado todo"...

El tercer partido del grupo se jugaría el 11 de febrero frente al Deportivo Cali, y esa noche Estudiantes volvió a ganar por 2 a 1, con la curiosidad que todos los goles fueron marcados por jugadores propios. A los 13 minutos del segundo tiempo abrió el marcador Bilardo, a los 22 Manera hizo uno en contra y a los 29 Echecopar anotó el del triunfo.

1968. Primera participación del Deportivo Cali, uno de los clubes más antiguos de Colombia.

Cobertura de la revista El Gráfico N° 2523 del 13 de febrero de 1968.





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Tres partidos jugados y tres ganados, todo estaba encauzado para la clasificación, la que prácticamente se aseguró en la primera revancha frente al Cali, jugada en La Plata, que Estudiantes ganó por 3 a 0 con goles de Ribaudo, Verón y Echecopar. Se empató luego de local frente al Millonarios 0 a 0, y se cerró el grupo con una nueva victoria frente a Independiente por 2 a 0, con goles de Pachamé y Conigliaro. El del Pacha fue desde afuera del área, con caño incluido a Santoro, el gran arquero del momento. Estudiantes, invicto, había ganado el grupo holgadamente, con cinco triunfos y un empate. Todo listo para iniciar la segundo etapa de la afamada Libertadores.

Estudiantes de La Plata vs Deportivo Cali.


Posiciones finales del Grupo 1.

Segunda fase


En la segunda rueda de la Copa, Estudiantes debía volver a enfrentar a Independiente, y se incorporaba el Universitario de Perú. Y en la desgraciado noche limeña del 14 de marzo, los albirrojos debieron resignar su invicto al caer por 1 a 0, con la fatalidad de que Eduardo Manera fue seriamente lesionado por el peruano Lobatón, una lesión que prácticamente le impediría al "Oveja" continuar su participación en la Copa.


Los peruanos siguen recordando como un hito histórico el triunfo ante Estudiantes.

La rehabilitación Pincha llegaría el 28 de marzo, otra vez en Avellaneda y frente a Independiente. Allí se volvió a ganar, esta vez por 2 a 1, con dos goles de Felipe Ribaudo. La revancha con los rojos fue en 57 y 1 para concretar otro triunfo, ahora por 1 a 0 con gol del Bocha Flores. A Independiente se le habían ganado los cuatro partidos disputados en la Copa, estableciendo una clara superioridad sobre el último campeón argentino.

El grupo se cerró el 9 de abril en nuestra cancha, al vengarnos de los peruanos de Universitario con un triunfo por 1 a 0 con gol de la Bruja.

Golazo de Verón ante Universitario de Lima en el arco de 55.


Semifinales


Estudiantes ya estaba en las semifinales de la Libertadores, donde lo aguardaba el último Campeón de América, el célebre Racing Club de Juan José Pizutti, el de Basile, Perfumo, Cárdenas y Maschio. Y aquellos choques frente a la Academia fueron también memorables.

El primer partido se jugó el 18 de abril en Avellaneda y fue derrota por 2 a 0; la revancha tuvo lugar en La Plata el 24 de abril y fue triunfo por 3 a 0, con goles de Fucceneco y dos de Verón. Y el mítico desempate se disputó el 27 de abril en la cancha de River. Fue ese partido de hacha y tiza, de meta y ponga. Dos equipos guerreros se enfrentaban por el pase a la final y nadie aflojaba. El partido terminó 0 a 0 y hubo que ir al alargue del suplementario. Hasta que la Bruja hizo una de las suyas, inventó una chilena dentro del área y se la puso por arriba a Cejas. Comenzaba a desatarse el festejo en el Monumental de Nuñez, y de nada importó que faltando dos minutos Cárdenas, de penal, estableciera el empate. Estudiantes contaba con un gol de ventaja y eso le daba el pase a la final. Lo que consiguió cuando Coerezza pitó el final del partido más duro que le había tocado a los guerreros de Zubeldía.

Gol de Verón a Racing de chilena.


Fue tan duro este partido que el árbitro Ángel Coerezza debió expulsar a 4 jugadores (Aguirre Suárez, Togneri, Basile y Chabay) quienes pasaron varios días detenidos en la cárcel de Devoto.

SÍNTESIS:
RACING CLUB (1): Agustín Cejas; Juan Carlos Díaz, Nelson Chabay, Alfio Basile, Rubén Díaz, Juan Rulli, Miguel Mori, Humberto Maschio. Roberto Salomone, Norberto Raffo y Juan Carlos Cárdenas. DT: Juan José Pizzuti.

ESTUDIANTES (1): Alberto Poletti; Rodolfo Fucceneco, Ramón Aguirre Suárez, Raúl Madero, Oscar Malbernat, Carlos Bilardo, Néstor Togneri, Eduardo Flores, Felipe Ribaudo, Marcos Conigliaro y Juan Ramón Verón. DT: Osvaldo Zubeldía.

Goles: PT, suplementario: 14’ Verón (E). ST, suplementario: Cárdenas, de penal (R).
Cambios: ST: al inicio, Hugo Spadaro por Flores (E) y Joao Cardoso por Raffo (R).
Expulsados: ST: 29’ Aguirre Suárez (E) y Basile (R). ST, suplementario: 10’ Togenri (E) y Chabay (R).
Estadio: River Plate (neutral).
Asistentes: 50.000.
Árbitro: Ángel Coerezza (Argentina).

Cobertura de la revista El Gráfico N° 2534 del 30 de abril de 1968 de la semifinal con Racing.






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Campaña de Estudiantes hasta Semifinales.


Finales


La primera final se jugó el 2 de mayo de 1968 en la cancha de 57 y 1, frente al poderoso equipo de Palmeiras de Brasil, un plantel prestigiado que venía de obtener un resonante triunfo frente a Peñarol de Montevideo, el campeón uruguayo, y con ello el pase a la final de la Libertadores. Jugaban en el equipo paulista figuras de la talla de Dudú, Adhemir y Da Guía, Suingue, Tupazinho, Servilio y Rinaldo.

1968. Palmeiras, un gran finalista.
Arriba: Geraldo, Valdir, Osmar, Baldochi, Dudú, Ferrari.
Abajo: Suingue, Tupázinho, Servilio, Ademir y Rinaldo.

Y los campeones brasileños demostraron su gran categoría en aquel primer partido jugado en La Plata, cuando a los 6 minutos del primer tiempo Servilio los puso en ganancia, aunque con un gol en claro offside.

Gol de Serviglio en off side para Palmeiras.

Esteban Marino, referente del arbitraje uruguayo,
dirigió la primera final en La Plata.

Pero eran buenos aquellos brasileros que aguantaron todo el primer tiempo y se fueron en ventaja, que salieron al segundo y que casi se llevan los dos puntos a San Pablo si no fuera por aquellos siete minutos finales que paralizaron los corazones de las 30.000 almas que poblaban los tablones de 57 y 1. Fue a los 38 del segundo tiempo, cuando ya parecía todo perdido, que una ráfaga de inspiración cruzó la cancha de izquierda a derecha y de derecha a la red. Verón dejó en el camino tres jugadores de Palmeiras con su dribling zigzagueante, llegó frente al cuarto y sacó el derechazo que decretó el gol inolvidable, el del empate frente al Palmeiras.


Después, a los 43, llegaría el zurdazo del Bocha Flores para marcar el del triunfo y para hacer estallar a las tribunas. Pero esa noche, fue toda para Verón, para la Bruja genial que había entregado en un instante todo el talento acumulado en sus pies, en su cintura y en su mente creadora de aquel gol espectacular que quedó en la historia.

Cobertura de la revista El Gráfico de la primera final. La cobertura fue bastante buena, pero, para variar, en la tapa apenas una mención: LAMENTABLE!!!







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La revancha fue en el Pacaembú, el 7 de mayo de aquel 68. Y allí los brasileños mostraron en toda su dimensión su condición de equipo poderoso. Otro vez a los 6 del primer tiempo se pusieron en ventaja por intermedio de Tupazinho, empató Verón con otro gol de derecha a los 35, y a los 43 volvió a aumentar Tupazinho para los verdes del Palmeiras. En el segundo tiempo volvió a prevalecer el samba, hubo otro gol de penal de Rinaldo y Tupazinho desperdició otra chance al marrar un penal. Poletti fue la figura de la cancha. 3 a 1 en contra y a esperar el desempate en Montevideo, a todo o nada.

Estudiantes ya es Argentina - El Gráfico Nº 2535 del 07-05-1968

A Gaceta Esportiva, San Pablo, 7-5-1968.

Los 4 goles de la segunda final en el Pacaembú.

1968. Delantera de Palmeiras, la más goleadora de esa copa:
Suingue, Tupázinho, Servilio, Ademir Da Guía y Rinaldo.

Cobertura de la revista El Gráfico N° 2536 del 14 de mayo de 1968 de la segunda final.








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Ese desempate de la superfinal se jugó el 16 de mayo de 1968 en el estadio Centenario de Montevideo. Miles de platenses habían cruzado el Río de la Plata para alentar fervorosamente al equipo que había llegado a una instancia tan crucial. Otros, muchísimos más, se instalaban frente a los televisores para seguir las alternativas del encuentro. Y en la calle 7, también por 53 frente a la sede albirroja, se habían desplegado parlantes que multiplicaban el relato de José María Muñoz ante una multitud enfervorizada.

Claro que la "parada" no le resultaría sencilla a los dirigidos por el zorro Zubeldía. Tras el pitazo inicial del árbitro Orozco del Perú, pasaron sólo 13 minutos hasta que Pachamé se hizo de la pelota en el centro del campo, cruzó con un fuerte zurdazo hacia la derecha para la entrada de Felipe Ribaudo, quien tras dominar el balón despidió un latigazo de izquierda que derrotó por completo al arquero Waldir, para hacer estallar por primera vez las tribunas pinchas que habían copado el Centenario.

El dominio albirrojo se prolongó hasta el final de ese primer tiempo, y al reiniciarse el segundo los brasileños comenzaron a ser ganados por la desesperación al no poder burlar a esa sólida defensa que capitaneaba "Cacho" Malbernat. Y como tiro de gracia, a los 35 minutos, y tras un largo rechazo de Tato Medina, la "Bruja" tomó el balón en el centro justo del campo para iniciar su festival de amagues y gambetas. Pasó un rival de largo, y otro más, mientra la veloz carrera lo acercaba hasta el arco. Salió a su encuentro el arquero Waldir en forma desesperada y también siguió de largo ante un nuevo quiebre de la Bruja, quien sin más rivales que la red adversaria entregó la pelota con una suave caricia de derecha, para establecer el 2 a 0. Fue el primer triunfo grande, la primera copa, el primer capítulo de una historia brillante.

Resumen de 10:24 ms de la tercera final en el Estadio Centenario.

Diario El País, de Montevideo, 17-05-1968.

Cobertura de la Revista El Gráfico N° 2537, del 21/05/1968, de la conquista de América.









Y un suplemento del mismo ejemplar de El Gráfico, que cuenta jugador por jugador y la importancia de cada uno de ellos para la obtención de la Copa.




Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

Goles de las 3 finales con el Palmeiras.

Cacho Malbernat y el Diario La Gaceta.

Después de la consagración llegaron los números especiales de El Gráfico Sport y las láminas centrales a doble página del plantel Campeón de América.




Resumen de la Copa Libertadores de América 1968.








Copa Intercontinental 1968



Alcanzada la coronación de América, a Estudiantes la realidad le marcaba dos compromisos inmediatos. Por un lado, la competencia local: daba comienzo el torneo Metropolitano de 1968 y Estudiantes debía defender el título alcanzado en 1967. Por el otro, el gran sueño de consagrarse campeón de la Copa Intercontinental de Clubes.

Pocos días después de adjudicarse la Copa Libertadores, Estudiantes conoció el nombre del campeón europeo que debería enfrentar por la Copa Intercontinental: Manchester United, que tenía la base de la Selección de Inglaterra campeona del Mundo en 1966. El equipo inglés derrotó en la final de la hoy Champions League (entonces Copa de Clubes Campeones de Europa) a los portugueses del Benfica, donde jugaba el maravilloso Eusebio, por 4 a 1. El Benfica seguía manteniendo la base de años anteriores en los que fue campeón (1961 y 1962) y subcampeón (1963 y 1965) de la máxima competencia de clubes a nivel europeo.

Afiche de la final de la European Champion Clubs' Cup de 1968.

En ese equipo de Manchester United brillaban tres grandes jugadores: Bobby Charlton, Denis Law y George Best, la "Santísima Trinidad" ("Holy Trinity" en inglés). Según los expertos estamos ante los tres mejores futbolistas británicos de la historia. El inglés Bobby Charlton (el 9), el escocés Denis Law (el 10) y el norirlandés George Best (el 11) sin duda tenían algo especial y juntos ya eran una bomba. Otro de los futbolistas que coincidió con ellos en aquel mítico Manchester United, Paddy Crerand, expresó así lo que era aquel tridente:
"De inmediato, se podía ver la gran química entre ellos. Los grandes jugadores saben jugar juntos. Por duro que fuera el partido, siempre sabías que Bobby podía desatar uno de sus disparos desde Dios sabe dónde, Denis haría algo de la nada dentro del área y George haría algo mágico"
Zubeldía envió a don Juan Urriolabeitia a Inglaterra, de donde trajo una película de la final entre Manchester y Benfica, que el plantel analizó en la concentración. El planteo era contrarrestar la ofensiva inglesa. Madero o Aguirre Suárez sobre Dennis Law, Pachamé pegado a Kidd, Bilardo con Crerand y Togneri encima de Bobby Charlton.

Los albirrojos estaban en su mejor momento. Venían de atravesar una racha espectacular de 30 partidos consecutivos sin perder entre cotejos correspondientes a los torneos locales y a la Copa Libertadores, y en la concentración de City Bell todo era optimismo. Todas las mentes estaban puestas en aquellos dos partidos por la Intercontinental, trofeo que en nuestro país sólo había alcanzado el Racing Club.

Estudiantes, la "esperanza de América".

El 15 de agosto, 40 días del primer partido, Zubeldía ordenó la concentración en el country de City Bell. En el orden del día la prioridad estaba bien definida: recuperar a los lesionados Poletti, Conigliaro, Ribaudo y Bilardo. El trabajo del cuerpo médico fue eficaz y una semana antes del primer partido que se jugó en la cancha de Boca el 25 de septiembre, salvo Manera (desgarrado después de la operación de meniscos), los demás quedaron a disposición del técnico, aunque con Bilardo se sufrió hasta el final. Estaba afectado de una conjuntivitis y, por error, el masajista Lucho Elorga le aplicó un dilatador de pupilas para fondo de ojo. Bilardo quedó con la vista a la miseria. No podía soportar la luz del día. Pero Zubeldía no estaba dispuesto a perder a su lugarteniente dentro de la cancha y decidió entrenarlo individualmente en la penumbra del anochecer del country de City Bell. Recién el día previo al partido, Bilardo estuvo listo para jugar. Llegó con lo justo, pero llegó. No podía estar ausente.
"Sabiendo que el primer partido era como local y que se iba a aplicar la nueva reglamentación sobre la diferencia de gol, la premisa era clara. En la Boca había que ganar y por una diferencia como para ir a Inglaterra serenos y con chance firme [...] El Manchester aparecía como un cuco, asustando a todos. Para peor, y a pesar del descanso que habíamos dado, Estudiantes llegaba cansado, saturado de fútbol. Pero había que apechugarla porque nos jugábamos la parada más importante de nuestras vidas [...] Mi mayor preocupación era no poder contar ni con el Bocha Flores ni con Juan Echecopar, dos hombres claves para el equipo, y especialmente para una tarea que se presentaba como fundamental de cara a ese partido, como lo era tapar a Bobby Charlton cuando los ingleses tuvieran la pelota, y soltarse en ofensiva cuando la recuperáramos. Así que tuve que optar entre Néstor Togneri y el 'Cococho' Álvarez, un muy buen jugador este último, pero sin la experiencia necesaria. Me decidí por Togneri, y en ese primer partido resultó fundamental" (Osvaldo Zubeldía, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 258, Eds. Atlántica).


Primera final en la Bombonera



Programa oficial - Primera final.

Aquel primer partido frente a los ingleses del Manchester se jugó, finalmente, el miércoles 25 de septiembre de 1968 en horario nocturno. Miles de simpatizantes habían partido desde nuestra ciudad para poblar las gradas de la Bombonera, y también simpatizantes de otros equipos alentaron aquella noche a los representantes de todo el país, a los integrantes de aquel equipo "chico" que se jugaba la patriada más grande de su historia.

La hinchada pincharrata en la Bombonera.

Esa primera final fue dura. Hubo 53 fouls en total, uno cada minuto y cuarenta segundos de juego. En el orden individual fueron 10 del inglés Stiles (expulsado a los 78 minutos por protestar un off-side) contra 9 de Pachamé y 8 de Bilardo. El duelo de la noche se dio en el mano a mano entre Bilardo y Stiles. El inglés lo empezó en desventaja: a los 12 minutos perdió uno de sus lentes de contacto al recibir un cabezazo intencional de Bilardo como respuesta a un foul. Quince minutos después, a los 27, el gol de Conigliaro lo sacó de quicio y sus nervios e intemperancia de la cancha, ya en el segundo tiempo.

Arriba: Bambi Flores, Pachamé, Poletti, Malbernat, Aguirre Suárez, Madero
 y Medina. Abajo: 
Ribaudo, Bilardo, Conigliaro, Togneri y Verón.

Oscar "Cacho" Malbernat y Bobby Charlton, los capitanes.

Había nervios en las tribunas y también en la cancha. Los ingleses dirigidos por el Sir. Mat Busby mostraban en el terreno de juego un esquema netamente defensivo, y Estudiantes machacaba una y otra vez sobre el arco de Stepney. Hasta que a los 27 minutos del primer tiempo llegó el grito grande, el desahogo de tantos nervios a través de ese cabezazo que fueron a buscar Conigliaro y Togneri, y que el primero conectó para mandar el balón a la red y decretar el 1 a 0. El gol de Conigliaro se concretó al recibir la pelota de un corner "a lo Estudiantes", que Ribaudo ejecutó desde la izquierda con pierna derecha. 

Cabezazo de Conigliaro y gol.

Gol de Conigliaro y opiniones de Bilardo sobre el partido.

Quedaba todavía tres cuartos de partido para forzar una diferencia mayor que permitiera llegar a la revancha en Inglaterra con mayores posibilidades. A los 37, Sandler convirtió un gol que el árbitro paraguayo Hugo Sosa Molina anuló a instancias del juez de línea uruguayo Esteban Marino. Documentos gráficos probaron al día siguiente, que la jugada estuvo correctamente anulada.

Credencial peridiodista.

Periodismo británico.

Invitación especial a periodista japonés.

Pero no pudo ser. Los nervios carcomieron al equipo, que una y otra vez chocó con la firme defensa inglesa. El partido terminó 1 a 0, pero la victoria parecía exigua, demasiado poco para ir al matadero inglés.
"Salimos con todo frente a un equipo increíblemente defensivo, que encima tuvo la suerte de que a nosotros nos comieran los nervios. Ellos se fueron contentos con ese resultado, están seguros que allá nos golearán. Pero en la noche de la Bombonera no mostraron nada, yo sigo teniendo confianza en los míos" (Osvaldo Zubeldía, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 258, Eds. Atlántica).
25 de Septiembre de 1968... Ida de la Final Intercontinental...
Final en la Bombonera... Madero intercambia camiseta...

Cobertura de un noticiero argentino de la primera final Intercontinental.

Los expertos decían que era demasiado poco, que no alcanzaría para la temible revancha de Inglaterra, donde nunca jamás un equipo extranjero había dado una vuelta olímpica. Si hasta los ingleses festejaron aquella mínima derrota como si fuera un triunfo. Para Sir Matt Busby, el Mister de Manchester, todo había terminado: "en casa somos invencibles", sostenía el afamado técnico británico.

Edición extra de El Gráfico. Gol de Conigliaro.

Revista El Gráfico N° 2556 del 1 de Octubre de 1968.


Cobertura Revista El Gráfico


La Revista El Gráfico sacó una "edición especial" después del partido. Pero la cobertura realizada en su "edición semanal" fue realmente lamentable. Para empezar, ninguna mención en la tapa... y se acababa de jugar una final del Mundo. Y en el interior sólo una pocas páginas dedicadas al gran partido, bajo el título de "La pobreza de una final del mundo". Todo dicho.





Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

Cobertura fotográfica Diario La Nación


El detrás de escena del Estudiantes campeón del mundo en 1968: el 25 de septiembre
se jugó el partido de ida en la Bombonera, y le ganó por 1 a 0 a Manchester United.
Oscar Cacho Malbernat intercambia banderines con Bobby Charlton
en la final contra Manchester United de 1968.
Locura en la Bombonera: los hinchas de Estudiantes desbordaron
el estadio de Boca para la histórica final con Manchester United.
Bombonera llena: Verón domina la pelota en la final que le dio
el título mundial a Estudiantes.
En la imagen, un cuerpo a cuerpo de Felipe Ribaudo.
Marcos Conigliaro festeja su gol en la gran final ante Manchester United;
el cabezazo del atacante le dio el título mundial a Estudiantes.
A la izquiera, Aguirre Suárez abraza a George Best, que ese año recibió el Balón de Oro;
a la derecha, Malbernat se acerca a Bobby Charlton tras la final de 1968; en el medio, Bilardo.
Infaltable: Osvaldo Zubeldía, el entrenador que sacó Estudiantes campeón del mundo,
en charla con Poletti.

Fuente: Gloria Pincha: 50 imágenes recuperadas de la época de oro de Estudiantes

A pesar de que los jugadores del Manchester fueron tratados de excelente manera, sus directivos invitados a conocer lugares turísticos de Argentina y a banquetes de reyes por parte de Estudiantes, así como a los periodistas ingleses se les brindó toda la atención necesaria y se les otorgó excelentes ubicaciones en la Bombonera, luego del partido desataron una feroz campaña contra el equipo Pincharrata, al que tildaron injustamente de violento. La campaña era tan absurda que hasta El Gráfico se indignó. El resumen y las fotos del partido enviadas a Gran Bretaña incluían todos los foul e imágenes de la policía, haciendo parecer a la Bombonera como un campo de concentración y a los argentinos como una sociedad de salvajes. Las monstruosidades que escribían eran amarillismo en estado puro.

Foto que muestra a los milicos de la dictadura de Onganía sentados dentro del campo de juego,
buscando generar una imagen amenazante hacia los ingleses, lo cual jamás ocurrió.
"Cuando se jugó el primer partido se puso al servicio del Manchester United todas las comodidades. Sus dirigentes fueron especialmente invitados a recorrer los lugares más bellos del país, se los invitó con comidas especiales y asados para todos los integrantes de la delegación, dirigentes, futbolistas y periodistas extranjeros. Y el día del partido, las mejores ubicaciones en la cancha de Boca fueron para ellos. En definitiva, se les tributó en todo momento un trato por demás especial y cortés. Sin embargo, en cuanto el equipo inglés abandonó el país después de aquel primer partido, cuyo resultado había festejado como un triunfo, comenzó una despiadada crítica, primero de los propios jugadores de Manchester y después de toda la prensa inglesa. Fue sin dudas algo orquestado con la simple finalidad de enervar al público inglés y crear una situación de violencia contra nuestro equipo. Nos calificaban como «los animales argentinos». Es que todos los capitales de la sociedad anónima Manchester United veían peligrar sus intereses, querían asegurarse el título de campeones mundiales, para obtener mayores dividendos en cada uno de los partidos que disputasen posteriormente, por lo que no importaba gastar dinero para la difamación si eso servía para obtener el título. Fue así que todo el pueblo inglés recibió una información tan distorsionada sobre lo que fue aquel primer partido, que se pensó que el nuestro era en realidad un equipo de indios, de un grupo de hombres primitivos" (Dr. Roberto Marelli, médico y autor del libro "Por qué y cómo Estudiantes fue campeón del mundo"; cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 259, Eds. Atlántica).

Caricaturas argentinas que se burlan de la campaña de los periodistas británicos.
"Fue así que todo nuestro grupo comprendió rápidamente, ya estando en Inglaterra, que esa campaña deshonesta era un signo de debilidad del equipo rival, no confiaban en sus propias fuerzas y buscaban ayuda afuero de lo estrictamente deportivo. Recuerdo que en un programa de televisión, cuando faltaban dos días para el partido revancha en Old Trafford, George Best, el puntero izquierdo, decía en la pantalla que «a nosotros no nos ganó Estudiantes, nos ganó su público salvaje». Llamaba al público inglés para que ganara el partido, que era lo mismo que confesar «nosotros no podemos hacerlo, queremos su ayuda para realizarlo». Toda esta situación que se vivía, en definitiva, sirvió para templar la conducta del plantel. Todos comenzaron a convencerse de que podrían ser campeones del mundo" (Dr. Roberto Marelli, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, pp. 259-260, Eds. Atlántica).
Palabras de Poletti y Zubeldía sobre el clima hostil que los espera en Inglaterra.


Segunda Final en Old Trafford


Partida del plantel hacia Inglaterra.

Una semana antes del trascendental cotejo, Estudiantes se instaló en el pueblito residencial de Lymm, condado de Cheshire, a 20 minutos del centro de Manchester. En esos siete días se realizó la puesta a punto: largas caminatas por la campiña en horas de la mañana y prácticas de fútbol todas las tardes en el campo de rugby de un instituto educacional. El trabajo psicológico lo complementaba Zubeldía quien no dejaba de recordarles que la que se venía era una final del mundo y que tal vez la suerte, nunca en la vida les permitiría jugar otra. 

Una noche apareció en un programa de televisión el irlandés George Best, puntero izquierdo, ídolo total de los jóvenes y adolescentes de Manchester, arengando al público. “En Buenos Aires tuvimos que tolerar toda clase de hostilidades”, dijo, mientras se mostraba a Charlton saliendo en andas con su pierna ensangrentada, el foso de agua para contener a los animals y el gol anulado a Saddler. Horas después, a las dos de la madrugada, una lluvia de piedras destrozó los vidrios de la habitación donde dormían Aguirre Suárez y el Tato Medina. Toda la prensa llegó hasta Lynn para comprobar la agresión. El encargado de la seguridad del hotel le preguntó a Zubeldía qué pensaba hacer y el técnico le respondió con toda tranquilidad: “Tapar los agujeros con un cartón para que no se resfríen los jugadores”.

1968-10-10 - Entrenamiento de Estudiantes en Lymn.

El piberío inglés pidiendo fotos y autógrafos a los 'Animals'.

Mientras tanto, y más allá del clima previo, Osvaldo Zubeldía sólo se preocupaba por el Fútbol, por la Táctica y la Estrategia a utilizar en el gran partido.
"Para el segundo partido ya se habían recuperado Echecopar y Eduardo Flores. Sin embargo volvía optar por Togneri. Él quedaba habitualmente como un hombre de reserva en el banco de suplentes, porque tiene la especial condición de jugar en cualquier lugar. Lo veía en los días previos con una gran capacidad anímica, como para enfrentar a los mejores rivales y destacarse en los partidos más difíciles. Por todo eso decidí confirmarlo para el partido revancha. Togneri ya había anulado a Charlton en Buenos Aires, y el inglés volvería a tener ese problema. Y Togneri fue, para mí, nuestro hombre más valioso en las dos finales.
A Manchester fuimos serenos por varios motivos. En primer lugar, teníamos los dos puntos del partido de ida y la posibilidad de jugar como mejor lo hacíamos, de contraataque. Y segundo, porque después de los primeros quince minutos del partido, si nosotros lográbamos aguantar, el problema mayor pasaba a ser de ellos, porque el reloj comenzaría a jugar dramáticamente en su contra. Por eso la premisa era aguantar, pero sin que nadie perdiera las marcas, ya que si eso sucedía se acababan todas las ilusiones. Y sin resignar el contraataque nunca, contrariamente a lo que había hecho el Manchester en Buenos Aires. Ya tenía todo decidido, Togneri sobre Charlton; Medina sobre Best; Aguirre Suárez sobre Dennis Law, y nosotros siempre con Ribaudo, Conigliaro y Verón arriba, para preocuparlos, crearles peligro y evitar que se vinieran también con sus defensores" (Osvaldo Zubeldía, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 262, Eds. Atlántica).
Programa oficial - Segunda final.

Entradas.

Pero en las fuerzas de Estudiantes sólo creían los integrantes del plantel y los hinchas pincharratas. En la tarde de La Plata, todo era expectativa. Ese miércoles no hubo clases en la ciudad ni en las escuelas primarias ni en las secundarias. En los colegios y en las oficinas sólo había radios que traían el lejano relato de José María Muñoz. Se esperaba todo de aquel grupo de muchachos que iban por la máxima hazaña. Era nada más y nada menos que la Final del Mundo. Y en ella estaba Estudiantes de La Plata. Pero fuera de la familia pincharrata, muy pocos creían en que aquel equipo podría torcer la voluntad de los ingleses.
"Es imposible pensar que Estudiantes pueda dar la vuelta olímpica en Inglaterra porque nadie ha podido ganar en Inglaterra. Además el Manchester es un equipo de gran poder económico, que con sólo la compra de George Best igualó el valor de cualquier equipo argentino completo. Por otra parte, observo que se ha orquestado de tal manera el odio del público inglés contra nuestro equipo de Estudiantes, que le será imposible a los jugadores poder mantener la tranquilidad, ya que más de 60.000 personas ofuscadas le hacen perder el control al más equilibrado" (Enzo Ardigó, periodista y relator; cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 262, Eds. Atlántica).
Sin embargo, llegaría finalmente el 16 de octubre de 1968, el día de la gran revancha, y Estudiantes se encargaría de decirle al mundo que todos los pronósticos estaban errados, que allí había 11 hombres dispuestos a dejar hasta la última gota de sudor en pos del objetivo.




Ese 16 de octubre, las inmediaciones del estadio Old Trafford, mucho antes del partido, eran una caldera. A las 5 de la tarde, mientras tanto, partía desde el hotel de Lymm, donde se encontraba alojado, el plantel albirrojo hacia el estadio. Y a las 18,40, ya con el estadio repleto y sin que nadie lo esperara, los jugadores salieron a la cancha. Los recibió una estruendosa silbatina, gritos desenfrenados, y el hiriente mote de animals. Los ingleses escupían su odio, y los de Estudiantes comenzaron a arrojar a las tribunas claveles rojos y blancos, que previamente besaban, un gesto que no dio los resultados esperados porque el público se irritaba más aún. 

Pizarrón en el vestuario de Estudiantes, frase del Dr. Roberto Marelli.
Actualmente se conserva en el Museo del Manchester United.


Los leones pinchas volvieron al vestuario ya sabiendo que nada más duro les podía esperar. Y con la piel ya curtida volvieron medio hora después a pisar el césped inglés para concretar la máxima hazaña de la historia albirroja. 

Camino a la gloria.
Nuevamente. Cacho Malbernat y Bobby Charlton, frente a frente.

Al inicio del partido, el Manchester United intentó dominar las acciones. Luego de un par de aproximaciones, llegó el primer remate al arco: un "tirito" fácilmente controlado por Poletti. Los enfervorizados ingleses gritaron "gooolll", a lo que el flaco Poletti levantó la pelota y se la mostró a la tribuna del Manchester, como diciéndole a los british: "Tranquilos muchachos, que yo también juego".

El flaco Poletti le muestra la pelota a la tribuna: "Shhhhhhhhhhhhhhh".

Pasaron seis minutos y la pelota la tenían los de Estudiantes. Pasó un minuto más y la pelota la tuvo servida Madero para ejecutar un tiro libre. Laboratorio y pizarrón, zurdazo con comba al segundo palo, frentazo de Verón. Gol, golazo. Los ingleses no entendían nada, ni los iracundos espectadores ni los jugadores. Ganaba Estudiantes en Old Trafford, en la caldera del diablo. 

El gol de Juan Ramón Verón en Old Trafford.

El aluvión de los británicos pareció, a partir de allí, incontenible, pero qué bravura la del tucumano Medina, qué despliegue el del Pacha, qué corazón el de Togneri. Cacho Malbernat la devuelve una y otra vez, Aguirre Suárez era una pared levantada en el fondo, el flaco Conigliaro era una ráfaga más veloz que el viento. Terminó el primer tiempo, empezó el segundo, y el flaco Poletti comenzó a atajar hasta lo inatajable. Abajo para sacarle a Law, arriba para ahogarle el grito a Charlton, con un coraje indescriptible para taparle a Morgan. No podían llegar, el tiempo se les iba, la copa se les iba. Los indios vestidos de blanco se estaban llevando la gloria.
"Cuando volvieron al vestuario estaban serenos. Allí me di cuenta que la Copa estaba para nosotros. Porque si bien había ansiedad, estaban concentrados. Por eso hablé poco y, fundamentalmente, utilizamos el tiempo de descanso para que se recuperaran y tan sólo refrescamos algunos conceptos. Cuando me quedaban dos minutos para que volvieran a jugar los últimos 45 minutos, los paré y les recordé a los miles y miles de hinchas que estaban esperando que consumaran la hazaña, que también pensaran en los que se habían venido hasta aquí gastándose todo el dinero que tenían, y finalmente que recuerden a sus novias, esposas, hijos y padres. Salieron como leones, sólo un milagro les iba a permitir a los ingleses sacarnos lo que ya estábamos ganando" (Osvaldo Zubeldía, cit. en mazypincha.blogspot.com).
Faltando sólo un minuto (aunque los 45 ya habían pasado en todos los relojes menos en el del árbitro yugoslavo) Zecevic hizo seguir un off side vergonzoso para que Morgan apenas pudiera empatar. Pero no podría hacerse nada más por los ingleses. El tiempo se les fue. Estudiantes Campeón del Mundo. "Champions of the World", decían los autoparlantes. Muñoz gritaba: "¡Quién me pegó!". Fue una hazaña, la máxima (aunque qué cerca que estuvimos de repetir en 2009). En Inglaterra un grupo de argentinos lloraban de emoción y en el mundo no hubo una ciudad más feliz que La Plata. Estudiantes Campeón del Mundo. Quedó en la historia.

Resumen de la segunda final en Manchester de 48,53 ms (audio en inglés).


La vuelta olímpica en Manchester.


Cobertura El Gráfico Nº 2559 - 22-10-1968









Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/


Cobertura Revista Goles N° 1049


Esta vez la cobertura patética vino de la mano de la Revista Goles, la cual, mientras el Pincha lograba la mayor hazaña de la historia del Fútbol Argentino, colocaba en la tapa a un ignoto boxeador o se planteaba filosóficas reflexiones sobre la función de los marcadores laterales. INCREIBLE!!!!



Imágenes de baja calidad tomadas de una publicación de Mercado Libre.

Los "animals" británicos


Después de la campaña de agresión y desprestigio que los periodistas, jugadores y dirigentes ingleses lanzaron contra Estudiantes de La Plata y la República Argentina, a quienes presentaban como una nación salvaje con equipos de fútbol integrados por indios primitivos y violentos, el clima en Manchester no era el mejor.

El trato ejemplar que recibió la delegación británica en Argentina, no fue imitado por los anfitriones ingleses cuando Estudiantes viajó para disputar la segunda final de la Copa Intercontinental de Clubes de 1968. Se buscó intimidar al equipo de todas las formas posibles. Los periodistas abordaban a los jugadores con preguntas malintencionados, como, por ejemplo, si volverían a practicar un juego tan rudo como en Buenos Aires. Pero los ingleses no se quedaron sólo en las palabras y pasaron a las agresiones de hecho, como lo demuestra el remate final de la nota que le dio Zubeldía a un periodista inglés, luego de recibir un piedrazo en el vidrio de la habitación de Aguirre Suárez a apenas tres horas de una "arenga guerrera" de George Best por televisión:
"PERIODISTA: -¿Qué nos puede decir de la piedra?
ZUBELDÍA: -Que ahí está el agujero...
PERIODISTA: -¿No habría sido algún jugador argentino que quedó afuera porque salió con una chica y llamó así para no despertar sospechas de usted...?
ZUBELDÍA: -¿A usted le parece, don, que esta pedrada no iba a despertar sospechas...?
PERIODISTA: -¿Qué medidas piensa tomar...?
ZUBELDÍA: -¿Qué medidas? Nada. Tapar el agujero para que no entre frío. Y no se resfríen los jugadores...
PERIODISTA: -¿Usted cree que fue el público del Manchester United?
ZUBELDÍA: -Yo no se nada. Ahí está el agujero y la piedra...
PERIODISTA: -¿Usted supone que es para intimidar a sus jugadores...?
ZUBELDÍA (al intérprete): -Dígale que a nosotros no nos intimida nada..."
Con este ambiente artificialmente preparado para intimidar a Estudiantes, al árbitro y a quien sea, el partido no podía resultar menos que una batalla épica. Hubo de todo. Patadas, trompadas y codazos, para todos los gustos. De ambas partes, por supuesto. Porque si algo demostró el equipo de Zubeldía fue nadie jamás si lo iba a llevar por delante gratis. El defensor Bill Foulkes golpeó con dureza al argentino Togneri. Poco después, Carlos Bilardo pateó con fuerza a Best. Cerca del final del partido, impotente por la férrea marca, George Best le rompe el tabique al Tato Medina. El Tucu lo va a buscar y se van ambos expulsados. Los ingleses agreden desde las tribunas, el clima se calienta, Old Trafford explota. Pero, como diría don Osvaldo, "a este grupo no lo amedrenta nada ni nadie".

George Best le fractura el tabique al Tucu Medina con un golpe artero.
Los Animals se protegen de los Gentelmen.

Al final del partido, la parada también fue bastante brava. Llovían todo tipo de proyectiles desde la tribuna y, en el colmo del rencor antideportivo, tenemos que destacar el mal gesto del arquero Stepney, quien cuando Pachamé extiende la mano para saludarlo respondió con una trompada.

Últimos minutos en el relato de José María Muñoz.
Festejos y agresiones de los ingleses (1.15: trompada de un inglés). 
"Lo que sucedió aquí hubiese sacado de las casillas a cualquiera pero nosotros vinimos preparados para todo. Nos quisieron trabajar de guapos, nos quisieron meter miedo, pretendieron achicarnos, y no quiero repetir lo que decían de nosotros, que muerdan ahora su dolor y su impotencia, nosotros dimos respuestas en la cancha" (Marcos Conigliaro, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 270, Eds. Atlántica).
Si dentro de la cancha los jugadores de Estudiantes la pasaron realmente mal, los demás argentinos que estaban en el estadio (periodistas y público en general) no la pasaron mucho mejor en su visita a Manchester. Los gentelmen británicos hacían gala de un salvajismo, violencia y falta de educación realmente memorables, que los hacía a ellos merecedores del calificativo de Animals con el que recibieron a los argentino.
"Nosotros habíamos tomado ubicación en una de las viejas tribunas del remozado estadio Old Trafford, donde se instalaron pupitres para los cien periodistas llegados de muchas naciones. Las radios transmitían al aire libre, sin cabinas, codeándose Muñoz, Fioravanti, Calvo, Rousselot, Julio Ricardo, Sbarra, Montreal y otros colegas, con los propios aficionados que estaban a su lado. A los espectadores argentinos no les vendieron plateas en un mismo sector, sino diseminados en seis o siete lugares. De ahí que fueran luego agredidos por mozalbetes exaltados por la derrota, quienes no permitieron el festejo del golazo de Verón ni la apoteosis de la consagración. Menos mal que los marineros de un barco carguero de nuestro país y de otras dos naves defendiéronse como leones y distribuyeron trompadas de lo lindo. A Saccol, que llevó la Copa, lo agredieron al final nada más que por escucharlo hablar castellano. Yo abrí la boca recién al subir al ómnibus especial, terminado el lance. La policía tenía protegido el micro. Menos mal. Ramos Ruiz, interventor de la AFA, observaba indignado el espectáculo del rencor" (Mercurio, periodista deportivo; cit. en El Día, Estudiantes 1968. Campeón del Mundo, pp. 25-26, suplemento especial por el 25° aniversario de la conquista).
"Tristes, rabiosos, iracundos y coléricos, miles de hinchas ingleses, mojados hasta el caracú, esperaron que el nuevo campeón del mundo diera la vuelta olímpica para saludarlo con un grosero insulto muy común en las canchas de las islas y que ya habíamos oído en el estadio de Liverpool cuando tres días antes perdió oficialmente el Manchester lleno de suplentes. El grito de mm... m... que era conocido por Cacho Malbernat y su troupe, fue absorbido con sonrisas de alegría y agitar de brazos. Calidad hasta en eso tuvo el plantel. Leímos luego en 'The Sun' que el grito de animales, en la hora del triunfo 'la muchedumbre lo cambió por palabras obscenas e irrepetibles'. Y Bilardo repetía su famosa frase de: ¡Vayan a cantarle a Gardel!" (Mercurio, periodista deportivo; cit. en El Día, Estudiantes 1968. Campeón del Mundo, p. 32, suplemento especial por el 25° aniversario de la conquista).
Editorial de Constancio Vigil (El Gráfico Nº 2559 - 22-10-1968).

Los festejos y la gloria


Estudiantes eran Campeón del Mundo y los ecos de su gloria continuaron escuchándose por varios días más. Y el regreso de la delegación fue apoteótico. En Ezeiza, miles de personas recibían a los héroes. Se llenó el obelisco y la casa de gobierno.

El Presidente de facto de la Nación, general Juan Carlos Onganía, recibió al plantel campeón en la Casa Rosada y tuvo estas elogiosas palabras:
"El pueblo argentino sabe discernir muy bien sobre la autenticidad del triunfo de Estudiantes de La Plata, y les ha expresado a ustedes en forma elocuente su satisfacción por esta gesta deportiva. Es que el triunfo que han obtenido no es el triunfo de un día ante un adversario ocasional, sino el éxito de un conjunto que forman los directivos de la entidad, sus entrenadores y un grupo de hombres amalgamados, sus jugadores, que han sabido interpretar no sólo las consignas de sus dirigentes, sino el calor que les ha transmitido todo el pueblo argentino. Yo desearía que ustedes meditaran acerca de lo que han logrado para la Argentina, porque esto que ha hecho Estudiantes visualiza con toda claridad lo que son capaces técnica y físicamente, con aptitudes de moral y carácter, que son rasgos definitivos de nuestro pueblo. Por eso, como Presidente y como argentino, los felicito y les deseo que mantengan permanente esas virtudes que proyectan siempre a un pueblo a su porvenir" (cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, T. II, p. 271, Eds. Atlántica).
Diario El Día.

Diario Crónica, portada.
Diario Crónica, suplemento.

Diario Crónica.

Diario Clarín, portada.
Diario Clarín, Suplemento Especial.
Diario Clarín, Suplemento Especial.

Diario La Razón.
Diario La Razón.

Diario La Nueva Provincia (Bahía Blanca).

Revista Así.




Fósforos Fragata.

Portada de un disco que mezcla deporte y política.

La Copa y las Malvinas son Argentinas.


Postal del álbum de figuritas Topo Gigio '69.




Corbata conmemorativa.

Figurita N° 311 de la colección "Goles Dobles" de 1969.

Pero era el pueblo de La Plata, el pueblo de Estudiantes, el que llenó la cancha de 1 y 57 para recibir a los Campeones del Mundo, el que con mayor pasión y sinceridad festejaba la victoria.





El pibe de la foto


En el año 2018, como parte de los festejos por el 50° aniversario de la conquista de la Copa Intercontinental, el Club Estudiantes de La Plata lanzó una original campaña: hallar al pibe de la famosa foto de los festejos en 57 y 1, que está al lado del presidente Mariano Mangano con la copa.

Bajo el lema “¿Dónde estás campeón? ¡Te estamos buscando!” Estudiantes de La Plata lanzó una campaña que forma parte de los festejos por los 50 años de la epopeya en Old Trafford, donde el Pincha se consagró Campeón del Mundo frente al Manchester United.

Una vez llegado al país luego de aquel histórico 16 de octubre los festejos se trasladaron al viejo estadio donde se tomó una foto histórica para los hinchas. En ella se puede ver al presidente Mariano Mangano, al capitán Oscar Malbernat con la copa y al técnico, Osvaldo Zubeldía levantado sus brazos.



En esa imagen se puede ver cómo, pese a que un informado intenta sacarlo de plano, Mangano abraza a un niño que se suma a los festejos. A aquel niño busca el club para que sea parte de la celebración por los 50 años de la obtención del título.

“Queremos conocerte, saber tu historia para compartirla con toda la familia Pincha y revivir ese momento imborrable. Para eso necesitamos la ayuda de todos los hincha”, rezaba consigna pincha.

Pero lamentablemente no hubo final 100% feliz para esta búsqueda. El niño se llamaba Ramón Oscar Alberto Suárez, alias "Tachuela", un chico de 10 años que vendía empanadas en la puerta del estadio para ayudar a su familia y era la "mascota" del plantel, y había fallecido el 22 de octubre de 2002. 

El presidente del Pincha, Juan Sebastián Verón, recibió a los hijos de Tachuela, Silvia, Marcos y Oscar y les regaló una réplica de la Copa del Mundo. Recordaron el histórico momento y la felicidad de su padre por ser la "mascota" del plantel Campeón del Mundo. Incluso recordaron "que Osvaldo Zubeldía (DT) y Mariano Mangano (presidente) lo quisieron llevar a Inglaterra, pero la madre no lo dejó". 

La Brujita Verón con los hijos de Tachuela.

Los hijos de Tachuela contaron que dar la vuelta olímpica con la copa fue una de las cosas más lindas que vivió su papá. Incluso, revelaron que los propios jugadores fueron a buscarlo para que recorriera el césped de 1 y 57 con ellos.

Para poder estar siempre junto al plantel dirigido por Zubeldía, "Tachuela" debía cumplir con los estudios, ir al colegio y llevarle el boletín de calificaciones a los futbolistas mostrándoles que “no tenía notas bajas en ninguna materia”.

La historia de Tachuela cerró un círculo con una historia 100% pincharrata, donde están presentes la humildad, el sacrificio y la superación que forjan la identidad de nuestra gloriosa institución.


El Mundo a los pies de Estudiantes


Es extremadamente difícil dimensionar un hecho tan relevante como la conquista de la Copa Intercontinental de Clubes de Fútbol. Un repaso por los medios del mundo nos permite tomar conciencia de lo que significó este hecho histórico.

Diarios de Europa



Daily Mirror (Inglaterra).

Evening Times (Escocia).

The Glasgow Herald (Escocia).


17 de Octubre. Diario “Il Corriere dello Sport” (Italia).
18 de Octubre. Diario “Il Corriere dello Sport” (Italia).

La Stampa (Italia).

La Gazzetta del Mezzogiorno (Italia).

La Provincia (Italia).

ABC Sevilla (España).


El Mundo Deportivo (España). 


La Vanguardia Española (España).

El Eco de Canarias (España).

Diário de Lisboa (Portugal).


Hamburger Adendblatt (Alemania).

Arbeiter-Zeitung (Austria).

Tribune de Lausanne (Suiza).

Feuille d'Avis de Lausanne (Suiza). 

L'Impartial (Suiza).

Feuille d'Avis de Neuchâtel (Suiza).

Le Peuple-La Sentinelle (Suiza).

Nieuwe Leidsche Courant (Países Bajos).

Nieuwsblad van het Noorden (Países Bajos).

De Telegraaf (Países Bajos).

Limburgs Dagblad (Países Bajos)

De Vrije Zeeuw (Países Bajos).

Friese Koerier (Países Bajos).

Morgunblaðið (Islandia).

Tíminn (Islandia).

Rudé Právo (Checoslovaquia).

Dziennik Polski (Polonia).

Sportivnie Igri (Unión Soviética).

Diarios de América


Folha de São Paulo (Brasil).


O Estado de São Paulo (Brasil).

Jornal do Brasil (Brasil).

Correio da Manhã (Brasil).

Estadio (Chile)

El Tiempo (Colombia).

El Informador (México).

El Siglo de Torreón (México).

La Nación (Costa Rica).

Le Nouvelliste (Haití).

Amigoe (Antillas Neerlandesas).

The Leader-Post (Canadá).

The Milwaukee Sentinel (Estados Unidos). 


Diarios de Asia y Oceanía



Davar (Israel).

Maariv (Israel).

Dutch-Australian Weekly (Australia).

Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

Película "Somos los Mejores" (1968)


La final Intercontinental entre Estudiantes de La Plata y Manchester United dio lugar a una película, que, con el partido como telón de fondo, narra las andanzas de un grupo de hinchas que viajan a Inglaterra para ver el trascendental partido.



La película fue filmada en blanco y negro, dirigida por Federico Padilla sobre el guión de Norberto Aroldi, estrenada el 21 de noviembre de 1968 y que tuvo como protagonistas a Carlos Balá, Sergio Renán, Javier Portales, Luis Brandoni y Emilio Disi.

Estudiantes de La Plata no tiene ninguna participación institucional en el filme. Incluso es apenas 1 minuto el lapso en que aparecen jugadores y cuerpo técnico del Pincha. La nota de color es ver a Carlitos Balá diciéndole Cipolletti al arquero Polletti.

Película "Somos los mejores" (completa).





Copa Interamericana 1969


La primera edición de la Copa Interamericana fue el primer torneo importante que debían disputar los albirrojos en ese agitado calendario de 1969. Se jugaría en febrero frente al Toluca de México, campeón de la CONCACAF.

Estudiantes venía de festejo en festejo, y en cada campo de juego que se presentaba era recibido con aplausos, filas indias de jugadores adversarios, agasajos y palmas. Estudiantes era el Campeón del Mundo y se lo trataba con el respeto que merecía su condición. Sin embargo, la humildad seguía metida bien adentro de cada uno de aquellos jugadores, que pese a sus lauros continuaron entrenando muy duro para afrontar con responsabilidad los compromisos más inmediatos.


Primera final


El fixture de la Copa Interamericana marcaba que el primer partido se disputaría en tierra azteca, y hacia allí fue Estudiantes, para disputar el 13 de febrero de 1969, en el Estadio Nacional de México, Frente al Toluca, la primera final.

Y allí, cuando sólo transcurría un minuto de juego, Estudiantes se ponía en ventaja con un gol anotado por Marcos Conigliaro. En ese mismo primer tiempo empató a los 17 minutos el mexicano Linares, y Bilardo volvió a adelantar al pincha a los 31 minutos. Estudiantes terminó ganando el primer tiempo 2 a 1, y por el mismo marcador terminó ganando el partido, ya que en el segundo tiempo no alcanzaron los intentos mexicanos para vulnerar la segura defensa albirroja. Es más, era más factible que aumentaran Ribaudo, Verón y compañía, que los del Toluca pudieran con Poletti.

Primera final en México.

Cobertura de El Gráfico de la primera final


Revista El Gráfico N° 2576, del 18 de febrero de 1969, con tapa dedicada al triunfo de Estudiantes en México.




Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

Segunda final


Estudiantes trae así desde México una victoria impensada para los representantes de la CONCACAF, dos puntos de oro para definir el trofeo a su favor y clasificar como el primer campeón Interamericano de la historia. Seis días después debía jugarse el partido revancha en La Plata y con sólo un empate se aseguraba el título. Demás está decir que el Campeón del Mundo, en su propio estadio de 1 y 57, era amplio favorito.

Pero partidos son partidos, y ese de la revancha que se jugó el 19 de febrero, lo fue muy especialmente. El lance se presentaba tranquilo para los dirigidos por Osvaldo Zubeldía y para el numeroso público albirrojo que había poblado masivamente el estadio pincha. Más aún después de que la bruja Verón, a los 16 minutos del primer tiempo, abriera el marcador con un certero disparo que puso a Estudiantes en ventaja por 1 a 0. Dos puntos en México, se estaba ganando en La Plata, parecía que sólo había que buscar otro lugar en las vitrinas para ubicar aquellas copa.

Sin embargo, todo cambió en las "medias horas". Porque a los 32 minutos del primer tiempo empató Linares para el Toluca, y a los 31 del segundo Albino Morales puso en ganancia a los mexicanos ante el estupor del público albirrojo. Tras esa conquista los de Zubeldía se fueron masivamente al ataque, pero sin lograr remontar aquella noche fatal. Así, lo que parecía un trámite, se convirtió en una angustiosa final. Los mexicanos habían ganado en La Plata, y todo se dilucidaría en el mítico Estadio Centenario de Montevideo.

Segunda final en La Plata.


Tercera final


Esa finalísima se jugó, finalmente, el 21 de febrero de 1969, y allí sí Estudiantes arrolló al Toluca. Desde los primeros minutos del partido los albirrojos establecieron claras diferencias, y ya a los 6 minutos se ponían en ventaja por intermedio de Eduardo Flores. Sobre el epílogo de esa primera etapa, a los 44 minutos, Marcos Conigliaro anotó el segundo tanto, y a los 34 del segundo el mismo Conigliaro le puso cifras definitivas al marcador decretando la tercera conquista albirroja. Estudiantes ganaba 3 a 0, en el mismo escenario de tantas de sus conquistas más resonantes, y le daba a la ciudad y al país un nuevo lauro internacional: Campeón Interamericano de Clubes. La oscura noche de la revancha en La Plata había quedado atrás, y los mexicanos del Toluca pudieron comprobar en carne propia todo el poderío de los Campeones del Mundo.


Cobertura del Diario La Nación


Un ataque de Verón ante Toluca, en la tercera final de la Copa Interamericana,
el 21 de febrero de 1969; Estudiantes ganó 3 a 0 en el centenario.
El Bocha Flores, que abrió el marcador en el Centenario,
festeja en la Interamericana de 1969 con Toluca.
Conigliario marca ante Solís, de Toluca, en el Centenario; el equipo argentino
necesitó de un tercer partido para quedarse con la Copa.
Verón, Bilardo, Echecopar, Malbernat y la
Copa Interamericana conquistada ante Toluca.


Cobertura de El Gráfico de la Finalísima en Montevideo


Revista El Gráfico N° 2577,  del 25 de febrero de 1969. La coronación de Estudiantes solo merece un pequeño comentario al costado de la tapa. IMPRESENTABLE!!!



Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

El equipo de Zubeldía se convirtió, así, en el primer equipo que obtuvo las tres competencias oficiales, vigentes, organizadas o co-organizadas por la Confederación Sudamericana de Fútbol: Libertadores e Intercontinental 1968; y la Interamericana '69. CAMPEÓN DE TODO.


La Copa posee una placa con el nombre “Mordy S. L. Maduro”, quien fuera dirigente de la CONCACAF e integrante del Comité Ejecutivo de la FIFA. Dicho trofeo se exhibe en las vitrinas de la Sede Social “Pedro J. Osácar”.






Copa Libertadores de América 1969


A los brasileños ya no les había gustado el cambio que tuvo la Libertadores cuando se permitió la participación de los subcampeones de cada país.  El formato de disputa propuesto tampoco agradó a la AFA y así, los clubes brasileños y argentinos le dieron la espalda a la mayor competencia continental de clubes. Sólo Estudiantes de La Plata como campeón vigente y en defensa del título, participó ingresando directamente en la fase semifinal de la Copa Libertadores de América de 1969.

Los 17 equipos participantes.


Semifinal


Con el título Interamericano en su poder, el laboratorio pincharrata comenzó a trabajar de cara a la defensa de la Copa Libertadores de América, obtenida el año anterior. Por ser el último campeón, precisamente, los albirrojos habían ganado el derecho de intervenir en la máxima competencia continental, ya en las instancias semifinales.

El rival de turno serían los chilenos de la Universidad Católica, en partido y revancha que se jugarían en el mes de mayo. La Católica había llegado a hasta acá tras eliminar en Segunda Fase a Cerro Porteño de Paraguay y a Deportivo Italia de Ecuador.

1969. Delantera de Universidad Católica.
Esteban Varas, Juan Barrales, Juan Carlos Samari, Sergio Messen y Alberto Fouillioux.

El primer partido se disputó el primero de mayo de 1969 en el Estadio Nacional de Santiago, repleto, y los albirrojos demostraron en el césped chileno su clara superioridad, al imponerse de visitante por 3 a 1, con goles marcados por Marcos Conigliaro, Néstor Togneri y Cristian Rudzki, el delantero proveniente de Deportivo Español que se había incorporado al plantel ese mismo año para suplantar a Felipe Ribaudo, quien soportaba una complicada lesión en su rodilla.

Formaciones


UNIVERSIDAD CATÓLICA 1: Víctor Vallejos; Eleodoro Barrientos, Víctor Adriazola, Gustavo Laube, Daniel Díaz, Juan Barrales, Néstor Isella, Esteban Varas, Sergio Messen, Juan Sarnari y Alberto Fouilloux.

ESTUDIANTES LP 3: Néstor Errea; Néstor Togneri, Ramón Aguirre Suárez, Raúl Madero y Oscar Malbernat; Carlos Pachamé, Carlos Salvador Bilardo, Christian Rudzki; Marcos Conigliaro, Eduardo "Bocha" Flores y Juan Ramón Verón.

Árbitro: Guillermo Velázquez (Colombia).


Cobertura de la revista El Gráfico de la primera semifinal.
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El partido de vuelta se jugó en el estadio de 57 y 1 el 8 de mayo, y Estudiantes volvió a demostrar su categoría internacional, al volver a imponerse por el mismo marcador, 3 a 1, esta vez con goles de Verón, Eduardo Flores y nuevamente Néstor Togneri, todos en el primer tiempo, por lo que la segunda etapa estuvo prácticamente de más. Dejando sentada su absoluta superioridad, los albirrojos se clasificaban para una nueva final, en la que esperaban los bravos uruguayos de Nacional de Montevideo.

Formaciones:


ESTUDIANTES LP 3: Alberto Poletti; Néstor Togneri, Ramón Aguirre Suárez, Raúl Madero y Oscar Marlbernat, Carlos Pachamé, Carlos Salvador Bilardo, Christian Rudzki; Marcos Conigliaro, Eduardo "Bocha" Flores y Juan Ramón Verón.

UNIVERSIDAD CATÓLICA 1: Néstor Vallejos; Eleodoro Barrientos, Víctor Adriazola, Gustavo Laube, Daniel Díaz, Juan Barrales, Juan Sarnari, Esteban Varas, Sergio Messen, Delem y Alberto Fouilloux.

Árbitro: Dimas Larrosa (Paraguay).

Ataque de Estudiantes frente a Universidad Católica en La Plata.

Gol de Estudiantes a Universidad Católica, en La Plata. Festejan Cristian Rudzky y Eduardo Flores.

Cobertura de la revista El Gráfico de la segunda semifinal.
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Revista Así, cobertura de la segunda semifinal.

Final


El rival de la gran final era Nacional de Montevideo, que había eliminado a Peñarol en una semifinal de tres encuentros, la primera por 2 a 0 a favor de Nacional, la segunda fue 1 a 0 para el equipo carbonero, y en la tercera salieron 0 a 0, clasificando finalista a Nacional por goles a favor.

Nacional contaba con un equipo de estrellas, en el que descollaban figuras como Ubiñas, Anchetta, Cococho Álvarez, Mujica, Ignacio Prieto, Montero Castillo, Maneiro y Morales, entre otros.

Nota de la revista El Gráfico analizando a Nacional de Montevideo.
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El 1ero. en recibir al plantel en Los Aromos, la concentración del glorioso Peñarol, 
antes de la final de la Libertadores del ´69 fue Blanquito, que obviamente 
paso a ser la mascota cábala del equipo.. Acá posando con los jugadores...

La primera final se disputó el 15 de mayo de 1969 en el mítico estadio Centenario ante una verdadera multitud.

El resultado final del partido es 1 a 0, con gol de la zurda del Bocha Flores a los 21 minutos del segundo tiempo. Pizarrón zubeldiano, Bilardo en la barrera, Madero que amaga, Pachamé que salta sobre la pelota, el Bocha que le pega desde afuera del área y el remate violentísimo que se incrusta en el arco del desorientado Manga, frente a 50.000 espectadores enmudecidos. Triunfo en Montevideo, victoria colosal, media Libertadores en casa.

El equipo de Nacional de Montevideo que disputó las 2 finales ante Estudiantes.
Arriba: Juan Martín Mujica, Manga, Luis Ubiña, Emilio Álvarez, Atilio Ancheta y Montero Castillo.
Abajo: Luis Cubilla, Ignacio Prieto, Célio, Ildo Maneiro y Julio César Morales.

Formaciones


NACIONAL 0: Manga; Luis Ubiña, Atilio Ancheta, Emilio Álvarez y Juan Martín Mujica; Ignacio Prieto, Julio Montero Castillo y Víctor Espárrago; Luis Cubilla, Rubén García y Julio César Morales. DT: Zezé Moreira (Brasil).

ESTUDIANTES LP 1: Alberto Poletti; Oscar Malbernat, Ramón Aguirre Suárez, Raúl Madero y Néstor Togneri; Carlos Pachamé, Christian Rudzki (70' Felipe Ribaudo), Carlos Salvador Bilardo, Marcos Conigliaro, Eduardo "Bocha" Flores y Juan Ramón Verón. DT: Osvaldo Zubeldía.

Cobertura de la revista El Gráfico N° 2589,  de la primera final





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La revancha en La Plata se esperaba con enorme confianza, con sólo un empate Estudiantes se consagraría Bicampeón de América. Ese partido consagratorio se jugaría el 21 de mayo de 1969 ante un estadio de 1 y 57 repleto (las crónicas cuentan que ese día había 55.000 espectadores, claramente que no todos pudieron ver el partido, sino que muchos se encontraban en los alrededores de las tribunas de madera, para poder disfrutar del gran equipo de Osvaldo Zubeldía). Estudiantes podría dar una vuelta olímpica en su propia cancha. Alcanzaba con el empate, pero Estudiantes salió a ganar desde el primer minuto, para borrar esas críticas hacia el "antifútbol" que pregonaban los mediocres sedientos de triunfos y envidiosos de la gloria ajena.

Pero tardó 31 minutos en llegar el primer gol, y fue, una vez más, tras hacer funcionar el mágico laboratorio de Zubeldía. Tiro libre de Madero desde la izquierda, Flores y Conigliaro al primer palo; Togneri, Verón y Rudzki al segundo palo; comba del tordo al primero, bochazo de Flores agazapándose y gol, golazo para poner el 1 a 0.

El equipo de Estudiantes que se consagró Bicampeón de América.
Arriba: Pachamé, Poletti, Malbernat, Aguirre Suárez, Madero y Togneri.
Abajo: Rudzki, Bilardo, Conigliaro, "Bocha" Flores y la Bruja Verón.

El segundo fue a los 37'. Pachamé que arranca por la izquierda como una tromba. Anchetta que lo sale a torear y pasa de largo, el Pacha que sigue avanzando hasta sacar un centro de zurda que van a buscar Verón y el uruguayo Mujica, gana la Bruja y desvía hacia la izquierda, por donde entra Conigliaro dispuesto a meter el derechazo franco y violento hacia la red, fusilamiento consumado y 2 a 0 estampado. El delirio comienza a ganar las tribunas pinchas.

Fueron esos 45 minutos de alto vuelo, de gran producción estudiantil, con un fútbol sin exquisiteces pero efectivo, pletórico de ritmo, agresividad bien entendida y contundencia, que fue suficiente para dejar establecida una clara supremacía. Estudiantes ganaba 2 a 0 y Nacional necesitaría hacer tres goles en el segundo tiempo para forzar un tercer partido desempate. No hizo ninguno, Estudiantes lo bloqueó haciendo pasar los minutos hasta que la segunda Copa se convirtió en realidad. Estudiantes Bicampeón de América, brazos en alto, vuelta olímpica, festejo imparable en las tribunas, caravanas en calle 7. La ciudad ya se estaba acostumbrando a los festejos grandes, a los títulos relevantes, a la gloria consumada de un equipo Supercampeón.

Estudiantes vs Nacional de Montevideo - Segunda Final, partido completo.

Esa noche de copa, Estudiantes formó con Poletti, Malbernat, Aguirre Suárez, Madero, Togneri, Rudzki, Bilardo, Pachamé, Conigliaro, Flores y Verón.

Esta Copa tiene la característica de que Estudiantes ganó todos los partidos disputados, obteniendo el 100% de los puntos, ya que la final con Nacional se impuso en el Centenario de Montevideo por 1 a 0, y luego en La Plata por 2 a 0. Y además tiene la particularidad que es el único campeonato que Estudiantes pudo festejar jugando en 1 y 57...

Resumen de la Copa Libertadores de América 1969.

Sin embargo, la revista El Gráfico volvería nuevamente a "ningunear" a Estudiantes de La Plata, que acababa de coronarse Bicampeón de América. Semejante hazaña, sólo mereció una pequeña mención en la portada de la edición de esa semana, ilustrada con una foto de 3 jugadores de Racing. PATÉTICO!!!!

Cobertura de la revista El Gráfico N° 2590, del 27 de mayo de 1969, de la segunda final.






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Este título le daría a Estudiantes la posibilidad de jugar nuevamente la final Intercontinental contra el campeón de Europa, que en este caso sería el poderoso Milan de Italia.




Bilardo explica la tapa de la Revista Goles.





Copa Intercontinental 1969


Con la segunda Copa Libertadores en la mano, que lo consagraba nuevamente como Campeón de América, a Estudiantes lo aguardaría en las postrimerías de ese cargado año 1969, la defensa del título Intercontinental.

Entrada de la 1° final en Italia.

Esta vez, el rival era el poderoso AC Milan de Italia. Se trataba de un equipo duro, muy táctico y disciplinado, dirigido por Nereo Rocco, que arrastraba la frustración de haber perdido la Copa Intercontinental en 1963 ante el Santos de Pelé y que ahora iba por la revancha con jugadores de gran nivel, especialmente por “El Bambino de oro”, Gianni Rivera, que brillaría al año siguiente en el Mundial de México, y con sus certeros delanteros Sormani y el argentino Combín. Le había ganado de manera inapelable la final de la Copa de Campeones de Europa a un joven Ajax que ya manejaba Johan Cruyff por 4-1 en la final del Santiago Bernabeu.


Estudiantes, por su parte, había vencido a Nacional de Montevideo los dos partidos finales, 0-1 en Uruguay y 2-0 en Argentina. La agenda internacional de Estudiantes le había deparado en ese año numerosos compromisos, dos copas continentales, dos campeonatos locales, giras y cotejos amistosos. El equipo arrastraba un cansancio del que no lograría reponerse.

En ese marco viajó a Europa para disputar en el estadio San Siro de Italia la primera gran final con el Milan, el equipo que nutría a la Selección de Italia, que un año después se consagraría subcampeón del Mundial de México de 1970. Y fue demasiado para aquel cansado equipo de Estudiantes. Los italianos se impusieron por 3 a 0 en el partido de ida, con dos goles de Sormani y uno del italo-argentino Combín. Fue un resultado justo, los de Zubeldía poco pudieron hacer para frenar a un equipo que se había mostrado más entero físicamente.

Segundo gol del Milán (Combin) en la 1º final.

Así, todo parecía casi definido tras el 3-0 de la ida en el San Siro y además, a ese partido, el equipo de Zubeldía no había llegado del todo bien por la lesión de su delantero Eduardo “Bocha” Flores, que jugó sus últimos minutos antes de operarse de una rodilla mientras que el volante Carlos Bilardo tenía dos costillas fracturadas aunque persistía en ingresar.

1° final  en el San Siro - 8 de septiembre de 1969 (partido completo).

La serie se jugó en el contexto del “Cordobazo”, el levantamiento popular contra la dictadura de Juan Carlos Onganía, que siempre había utilizado al fútbol como instrumento, como cuando recién asumido, recibió en la Casa de Gobierno a los jugadores que volvían del escándalo de Wembley tras el Mundial de Inglaterra 1966 y a días de la definición de la Copa Intercontinental de 1969 sostuvo que aquel estudiantes que dirigía Osvaldo Zubeldía era “un equipo modelo”.

Acaso esta frase, y que el equipo argentino había sido recibido con objetos lanzados desde distintos lugares del estadio San Siro, en la ida, cuando el Milan venció 3-0 el 8 de octubre y parecía que tenía buena parte de la serie en el bolsillo, con dos goles de Ángelo Sormani y otro del argentino Néstor Combín ante 60.675 espectadores, pudieron haber encendido la mecha de un Estudiantes que salió muy nervioso a la revancha en la Bombonera, en un partido que tendría consecuencias trágicas.

Cobertura Revista El Gráfico N° 2601


Nuevamente, una final del Mundo no parece un evento destacable para El Gráfico. La portada sólo tiene la pregunta: "¿Cuál es el futuro de Estudiantes?", perdida en la parte superior.




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La revancha en la Bombonera: La gloria o Devoto


El segundo partido en cancha de Boca fue el de la discordia. Estudiantes necesitaba ganar por cuatro goles de diferencia para coronarse, y por tres para forzar un desempate, demasiado exigencia para un equipo que venía arrastrando una impresionante seguidilla de partidos y algún déficit en su ofensiva.



Osvaldo Zubeldía intentó darle más potencia al ataque haciendo ingresar desde el primer minuto a Daniel Romeo y a Juan Taverna, dos elementos juveniles que descollaban en las inferiores, un armador de juego en Romeo y un goleador implacable en Taverna. Pero no alcanzó.

Juan Alberto Taverna había debutado el año anterior contra Atlanta.

Esa noche, en la Bombonera, todo parecía muy complicado y el nerviosismo de algunos jugadores fue evidente. El delantero Pratti tuvo que salir en brazos de sus compañeros por un golpe de Aguirre Suárez, sumado a una patada del arquero local Alberto Poletti que recorrió varios metros para agredirlo cuando estaba en el suelo, rodeado de compañeros y con el árbitro cerca de la acción. A los 30 minutos del primer tiempo, Rivera recogió un mal pase de Eduardo Manera, avanzó en pared con Combín, eludió a Poletti y marcó el gol italiano. Era el 4-0 de la serie y parecía todo terminado, pero el arquero de Estudiantes, inexplicablemente, se mezcló entre los festejos visitantes, visiblemente nervioso y con ánimo de agresión.

Saludo de los capitanes: Cacho Malbernat y Gianni Rivera.

Aguirre Suárez saluda a la
hinchada tras su expulsión.
Sin embargo, antes de que el partido se fuera al descanso, llegaron dos goles seguidos de Estudiantes a los 43 minutos, cuando Marcos Conigliaro corrigió con un cabezazo un remate de Bilardo que rebotó en la defensa, e inmediatamente Aguirre Suárez empalmó otro tiro que superó al arquero Cudicini. Pareció que todo Estudiantes volvía a animarse. Se colocó a dos goles de distancia con un tiempo por jugarse, pero los nervios volvieron a meterse en el partido. Esa potencia ofensiva ya no aparecería en el segundo tiempo, el paso de los minutos desequilibró a los pinchas y así llegaron las agresiones y las expulsiones. Un codazo de Aguirre Suárez hizo sangrar la cara de Combín y la desfiguró, y el defensor se fue expulsado y fingiendo llanto, ovacionado por sus hinchas, al grito de “y pegue, y pegue, y pegue Pincha pegue”. 

También había sido retirado Rivera, por otro golpe de Manera, que también se fue expulsado. En un bochornoso final, eran nueve contra nueve cuando los italianos comenzaron a festejar el título, pero otra vez apareció un enloquecido Poletti para mezclarse entre los rivales para agredir con una patada a lo kung-fu hacia Lodetti, al punto de que tuvo que entrar la Policía para separar.


Combín agredido por Aguirre Suárez.

Al llegar al vestuario, la delegación milanista se enteró que Combín había sido llevado a la comisaría y luego trasladado al Regimiento de Infantería 1 de Patricios y estuvo allí demorado medio día debido a que se había ido de la Argentina a Francia a los 18 años sin haber cumplido con el Servicio Militar Obligatorio, se nacionalizó a los 23, y luego fue transferido al Milan. Recién a la mañana siguiente apareció el embajador con un certificado que comprobaba que el delantero había cumplido con el Servicio Militar pero en territorio francés, con el que Argentina tenía convenio, y entonces fue liberado. Al otro día del partido, la cara deformada de Combín fue tapa de todos los diarios europeos. “La página más negra del fútbol argentino”, tituló entonces la revista “El Gráfico”, que contaba con detalles las agresiones de Poletti, los golpes a Combín o que a Rivera le abrieron la cabeza entre Aguirre Suárez y Echecopar. “Se trató de una guerra y no de un partido de fútbol”.

2° final en la Bombonera - 22 de octubre de 1969 (partido completo).

El Gráfico insistió en sus páginas: “No, Estudiantes... esto no fue hombría…no fue temperamento…no fue garra…esto fue la apología de la brutalidad y la locura…esto nos avergonzó a todos y debe avergonzar a los responsables. Si realmente queremos rescatar algo para seguir creyendo en el futuro, empecemos por repudiar este episodio lamentable” Pero más duro aún fue Dante Panzeri, considerado uno de los más importantes periodistas especializados en Deportes de todos los tiempos, y nada menos que en su columna del diario “El Día” de La Plata, cuando sostuvo que Estudiantes “es la representación de la violencia para el lucro aplicada al fútbol”.

Panzeri odiaba a los entrenadores como Zubeldía o Juan Carlos Lorenzo, muy tacticistas, a los que creía que iban contra la estética de los espectáculos al punto de decir que ese equipo “es el Estudiantes de Zubeldía, no de La Plata” y llamaba al torneo como “Copa Corruptores de América también conocida por el irreverente nombre de Copa Libertadores de América”. “Hay un señor que escribe en una revista (Dante Panzeri) que dice que nosotros somos previsibles, aburridos y los promotores del asesinato del juego. A él le comento que seremos previsibles pero nadie nos gana, seremos aburridos pero llenamos la cancha y seremos asesinos pero gracias a nosotros el fútbol argentino está más vivo que nunca”, le respondió días más tarde Zubeldía a Panzeri.

El plan que no salió.

Ante la revista El Gráfico, en las horas posteriores al bochorno de la Bombonera, Zubeldía trató de aclarar su postura: dijo después que nunca ordenó golpear, y al contrario “en el intervalo insistí en pedirles serenidad pero no puedo disculpar lo que ya juzgó todo el mundo, pero comprendo la desesperación de algunos jugadores, por todo lo que se jugaban. Ahora nos toca aceptar nuestras culpas. Sin embargo, no puedo olvidar lo que estos jugadores hicieron por Estudiantes y por mí. El año pasado alerté que la Copa era un semillero de violencia. Lo dije después del partido Estudiantes-Independiente y está grabado. Rocco y Cudicini me acusan pero el arquero no dice que lo acompañé a lo largo del túnel para que no lo tocaran”.

Cobertura de la revista El Gráfico de la segunda final Intercontinental




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Fue tal la barbarie que el dictador Onganía tuvo que hablar al país deplorando los hechos y le aplicó a Poletti, Manera y Aguirre Suárez un edicto que los condenaba a 29 días de cárcel (terminaron en la de Villa Devoto luego de recorrer otras), sin intervención de un juez, a los que el comisario de la zona consideraba responsables de la alteración del orden público, incitación a la violencia o riña. Era un edicto creado para el fútbol desde 1968 y aplicado para el Estudiantes-Racing de Copa Libertadores.

Aquella vez, ya cuatro jugadores habían estado presos por cuatro días (dos por equipo y uno había sido Aguirre Suárez). Esta vez, Aguirre Suárez fue suspendido por 30 partidos, Manera por 20 y Poletti de por vida, luego indultados cuando acabó el gobierno de facto. Ramón Aguirre Suárez se marchó a España, al Granada, donde se lo recuerda por su dureza, junto a otro jugador de carácter de aquel tiempo, el volante uruguayo de Nacional Julio Montero Castillo.

El escándalo que dejó este partido provocó la unánime condena de los medios tanto nacionales como internacionales. Todos ellos fueron durísimos con el Pincha.

Diario El Día.

Diario La Voz del Interior.

La Gazzetta dello Sport (Italia).

Diario L'Unitá (Italia).

Corriere dello Sport (Italia).

Cronache dello Sport (Italia).

Domenica del Corriere della Sera (Italia).

Stream (República Checa): Nechutný zápas (Partido repugnante)
Inmortais do Futebol (Brasil): Sangue e terror no Massacre de La Bombonera
La Nación (Paraguay): La guerra en La Bombonera

Cobertura de la RAI Sports 2 (Italia).

Poletti contó después que un capellán del ejército, en la previa, los incitó a ganar a cualquier precio y que Onganía pretendía que ganaran para tapar la crisis del Cordobazo. Bilardo no faltó un solo día en la visita a sus compañeros en la cárcel y fue el autor de la frase “en este país no hay alternativas, es la gloria o Devoto”, en referencia a que antes del partido, Estudiantes era un modelo a seguir para Onganía y después, varios jugadores terminaron presos. “Ese día comenzó el mito de Estudiantes de «solos contra todos», en referencia a la Argentina y al mundo –comenta Randrup– porque se dio vuelta la opinión pública y desde esa noche cargamos con el estigma que sigue hasta hoy porque antes éramos el equipo chico inteligente, que manejaba todo tipo de variantes bajo su control y esa noche confundió intensidad e inteligencia, todo salió muy mal, y escribió una página negra”.

Bilardo conversa con Poletti y Togneri en la final del escándalo
en la Intercontinental con Milan, el 22 de octubre de 1969;
Poletti fue uno de los arrestados por los incidentes en aquel encuentro.
(Fuente: Diario La Nación).

Randrup, que como divulgador “siento la obligación de transmitir esas emociones y vivencias”, trata de aclarar algunos mitos sobre aquel Estudiantes de Zubeldía, como que los jugadores llevaban alfileres para pinchar a los rivales en un descuido “porque se toman de que Bilardo lo aceptó alguna vez pero fue con ironía” y en cuanto a que solían meterse en la vida privada de los contrarios y les hablaban en los partidos para desquiciarlos, “eso, en aquella época, lo hacían todos y se sigue haciendo. La Copa Libertadores se jugaba así y había que ser fuertes como visitantes”.


Este partido, además, tuvo consecuencias políticas porque Argentina se postulaba como sede del Mundial 1978 y algunos analistas creen que eso también pesó para que Onganía decidiera que algunos jugadores de Estudiantes fueran presos, aunque otros se basan más en la necesidad de mostrar orden y que todo estaba bajo control.

Noche negra para el pincha. Por la derrota y, especialmente, por la escandalosa violencia de alguno de nuestros jugadores que claramente se vieron desbordados por la situación y el marco del partido. Es verdad que las copas de aquellas épocas se jugaban así. Todos pegaban. Pero lo de Estudiantes esa noche se salió de control y terminó siendo un escándalo mundial. Ser fanáticos del pincha no nos debe impedir reconocer los errores. Si en Old Trafford condenamos las agresiones de los ingleses, aquí debemos reconocer que Estudiantes hizo lo mismo, tratando de una forma terrible al equipo visitante. Por eso, al final, fue Devoto.







Supercopa de campeones intercontinentales 1969


La Supercopa de Campeones Intercontinentales, Recopa de Campeones Intercontinentales, Recopa Mundial o Recopa Intercontinental es una competición internacional extinta, oficializada por la CONMEBOL​ desde septiembre de 2005, que enfrentaba a los campeones de la Copa Intercontinental, iniciada 7 años antes. Tenía una recepción muy buena del público, pero se disputaron solo dos ediciones: la de 1968 y 1969.

La misma consistía en una serie de partidos a ida y vuelta entre los campeones intercontinentales​ de América y Europa por separado, dando lugar a una final entre el mejor de cada continente. Al jugarse la primera edición solo había dos participantes del Viejo Continente: Inter y Real Madrid. Como el Real Madrid no estaba dispuesto a jugar la final por la Zona Europea, el Inter se clasificó automáticamente para jugar la final. En la segunda edición también se realizaron las eliminatorias en la Zona Sudamericana, pero tampoco se realizaron las de la Zona Europea, de modo que se reconoce esta edición como inconclusa.

En la Zona del Nuevo Continente participaron en la primera edición de 1968 Peñarol, Racing Club y Santos, campeones intercontinentales de Sudamérica hasta 1967 inclusive, y en la segunda de 1969 la disputaron los mismos equipos más el campeón de la Copa Intercontinental de 1968: Estudiantes de La Plata.

Este título fue olvidado durante mucho tiempo. En 2005 la CONMEBOL reconoció los títulos obtenidos por los campeones y lo tomó en cuenta para su ranking de clubes.

En la edición de 1969, Estudiantes de La Plata tuvo una participación discreta, pero que dejó para el recuerdo una victoria por 3 a 1 frente al Santos de Pelé.


Estudiantes vs el Santos de Pelé.

La Zona Europea no fue disputada debido a que se estaban jugando las eliminatorias Europeas para el mundial del siguiente año. Por lo que el título se otorgó al campeón de la zona Sudamérica, en este caso Peñarol, que había ganado su zona en la fecha 11° justamente frente a Estudiantes con un 2 a 1 en 1 y 57, el 30 de diciembre de 1969.

Madero saluda a Pedro Virgilio Rocha el día de la consagración de Peñarol.


Estudiantes de La Plata y Santos de Brasil disputaron un partido menos al haber pautado no jugar su último partido entre ambos, programado para el 8 de enero, porque no tenían posibilidades de ganar el título.


Como curiosidad, en un partido de la Zona Sudamericana, Pelé marco su gol número 1001 en su carrera futbolística.






Copa Libertadores 1970


Aquel equipo de Estudiantes, tras la nefasta noche del Milan en la Bombonera, comenzó a ver resentidas sus fuerzas tanto en el plano físico como anímico. Y fueron así, de la noche a la mañana, invertidos los conceptos que se le prodigaban al equipo. Las autoridades de la AFA, presionadas por el gobierno militar de turno, suspendieron de por vida al arquero Alberto José Poletti y aplicaron durísimas sanciones a Eduardo Manera y a Alberto Aguirre Suárez. El periodismo especializado hablaba del "antifútbol" de Estudiantes, de las "mañas" urdidas por Zubeldía y Bilardo, de la "vergüenza" que representaba Estudiantes. La campaña de difamación estaba lanzada y destinada a destruir al único equipo de la Argentina que ganaba todo lo que jugaba.

A nivel internacional, la Selección Nacional había sido eliminada para jugar el Mundial de México de 1970; los equipos argentinos eran eliminados rápidamente de las contiendas que se disputaban fuera del país; y era Estudiantes el único que, sólo contra todos, seguía en pie. Por esto había que vencerlo dentro o fuera de la cancha.

Claro que, quienes lo atacaban, no sabían del tamaño de la fuerza interior que poseía aquel plantel albirrojo, de cuánto podría incrementar la adversidad el poderío estudiantil, de hasta qué punto se esforzarían aquellos hombres para demostrar sus capacidades, de con qué potencia llegaría la revancha albirroja.

Aquel plantel, trabajado durante más de cinco años, era un solo bloque granítico, poseedor en cada uno de sus componentes de un grado de virtud que los hacía superarse continuamente sin medir el esfuerzo que ello demandara. Había que volver a los primeros planos para demostrarle al país y al mundo que Estudiantes de La Plata seguía en pie.

La primera posibilidad reivindicatoria que se le presentaba al equipo para comenzar a luchar por su revancha, era la Copa Libertadores de América de 1970, la misma que se había ganado en sus dos ediciones anteriores, en 1968 y en 1969. Era una buena chance, ya que por su condición de último campeón, Estudiantes accedía directamente a las instancias semifinales del máximo torneo continental. Claro que allí el escollo sería dura de superar, ya que el adversario no era otro que el River Plate de Ángel Labruna.

Los 19 equipos participantes.

Semifinales


Aquella serie semifinal de la Libertadores del 70 comenzó a jugarse en el mes de mayo. El primer partido se jugaría el 7 de ese mes en la cancha de River, el Monumental de Nuñez, el inaccesible reducto del equipo más poderoso del país, donde brillaban estrellas de la dimensión de Ferreiro, Larraignée, Daniel Onega, el "Gringo" Scotta y "Pinino" Mas, entre otras figuras, todas dirigidas por Ángel Amadeo Labruna.

Estudiantes, por su parte, era casi otro equipo respecto del que había ganado los más rutilantes lauros nacionales e internacionales. Suspendidos Poletti, Manera y Aguirre Suárez; sin Raúl Madero, que había abandonado la práctica del fútbol para dedicarse a la medicina, lesionado Felipe Ribaudo, el conjunto albirrojo afrontaba cinco bajas, casi medio equipo.

Pero quienes los suplantaron, fueron imbuidos por Osvaldo Zubeldía de la misma fortaleza física y espiritual. Néstor Errea estaba en el arco en lugar de Poletti; el "indio" Jorge Raúl Solari había llegado al plantel para aportar su inclaudicable prodigalidad en el mediocampo; Hugo Spadaro en el lugar de Aguirre Suárez; el polifuncional Togneri bajaba para cubrir la cueva de Madero; un joven de las inferiores, Rubén Pagnanini, haría de Manera. Todos ellos con el aporte de los históricos Malbernat, Bilardo, Pachamé, Conigliaro, Flores y Verón, constituirían, una vez más, una fuerza tan homogénea como invencible.

River 0 vs Estudiante 1 - Reportajes post partido.

Y así fueron al Monumental de Nuñez, por el primer paso para la gran revancha albirroja. Y fue triunfo con un gol anotado por la Bruja Verón a los siete minutos del segundo tiempo. 1 a 0 de visitantes y a esperar a los millonarios en 57 y 1.

Cobertura Diario La Nación


Libertadores de 1970: arranca la semifinal con River en el Monumental.
Bilardo, Pachamé, Pagnanini y Malbernat rodean a Daniel Onega; fue el 7 de mayo.
Néstor Errea se queda con la pelota ante la mirada de Spadaro y Bilardo
en el partido de Ida; Estudiantes ganó por 1 a 0 con un gol de Verón.
Verón en una postal del Monumental, que todavía no había cerrado
completamente la herradura para las semifinales de la Libertadores del 70.
Otro anticipo de Errea ante Onega en la semifinal.
Los tumultos, una escena casi inevitable de aquel Estudiantes multicampeón
Entretiempo del partido de ida en la semifinal con River;
Conigliaro charla con el árbitro Miguel Comesaña; atrás, Flores.
Se concreta el valioso triunfo como visitante; fue 1 a 0 en el Monumental y
empiezan los festejos con Verón y Errea; el equipo tenía un pie en la final.
Más festejos en la cancha de River; la emoción de Pagnanini.

El partido desquite se jugó el 15 de mayo de ese mismo año y River avisó de entrada que no era un equipo entregado. Terminó el primer tiempo 0 a 0 y el Pinino Mas puso en ventaja al visitante al minuto del segundo período. Pero reaccionó el pincha y a partir de allí arrolló a su rival. Empató el partido a los 4 minutos de ese segundo tiempo el Indio Solari con una palomita espectacular; Juan Ramón Verón anotó el segundo a los 30; y Juan Miguel Echecopar, que había ingresado por Eduardo Flores, marcó el tercero a los 36 minutos. 3 a 1 a favor, partido liquidado y Estudiantes clasificado, una vez más, para disputar la nueva final, la tercera de América en tres años.


Cobertura Diario La Nación


La formación para el duelo de vuelta en La Plata, el 15 de mayo de 1970;
River comenzó ganando 1 a 0 con un gol de Oscar Más,
pero el Pincha lo dio vuelta con tantos de Solari, Verón y Echecopar.
Conigliaro en acción en La Plata ante River, en el partido que aseguró la
clasificación para ir en busca del tricampeonato contra Peñarol.

Finales


Tras haber superado a River Plate en semifinales, Estudiantes fue a buscar su tercera Copa Libertadores frente a Peñarol de Montevideo, que había accedido a la final luego de vencer a sus connacionales de Nacional. Fueron dos batallas memorables en las que los albirrojos se impusieron para gritar su revancha, la que llegaba en forma justa después de una campaña de desprestigio que procuraba lograr fuera de la cancha lo que en todo el continente nadie podía hacer en el campo de juego.

El primer partido se jugaría en La Plata el 21 de mayo de ese año 1970, de noche. Había que ganar para ir con una ventaja necesaria al estadio Centenario de Montevideo si lo que se pretendía era llegar con chances ciertas para defender el título.

Estadio de Estudiantes la noche de la primera final ante Peñarol.

Arriba: Carlos Pachamé, Néstor Errea, Rubén Oscar Pagnanini, Néstor Togneri,
Oscar Pezzano, Jorge Solari, & Hugo Spadaro. Abajo: Marcos Conigliaro,
Carlos S. Bilardo, Eduardo Flores, Juan Ramón Verón, & Hugo Spadaro.
Game: vs Peñarol 1-0 (Hirschi, La Plata; Libertadores Cup final: first leg, May 21, 1970).

Pero Peñarol era un equipo muy duro, con la tradicional garra Charrúa y además con jugadores muy dotados técnicamente, que nutrían a la Selección uruguaya que jugaría las semifinales del Mundial de 1970 en México. Estudiantes, en tanto, arrastraba algunos déficits en materia ofensiva, casi limitada a las genialidades que pudiera aportar Juan Ramón Verón. Así, el partido se hizo sumamente trabado y áspero, con los albirrojos rebotando una y otra vez contra la defensa de Elías Figueroa y los suyos. Partido cerrado, de marca y pierna fuerte, de dientes apretados y corazón ensanchado. Y en eso el pinchaje no escatimaba nada. Si ellos eran guapos, los de Estudiantes lo eran más todavía.

Así se había ido el primer tiempo, con el marcador en blanco. Y así había empezado el segundo, al límite en toda la cancha. Estudiantes volcaba todo su potencial contra el arco de Pintos, pero la defensa uruguaya era un cerco que le ponía dique a cada uno de las intentonas albirrojas.

Faltaban tres minutos y todo hacía presagiar que el lance terminaría empatado, que habría que ir a guapear a Montevideo con una chance mínima. Los nervios de los hinchas estaban a punto de estallar, hasta que Néstor Togneri se hizo con la pelota cerca de la media cancha. Avanzó unos metros, Verón estaba tapado, Conigliaro y Rudzki marcados. Togneri siguió avanzando y, perdido por perdido, sacó un furibundo remate de zurda. Con bronca, pero con una dirección inceríble. Tanta, que la pelota se metió en el ángulo superior derecho del arquero visitante. Golazo, diferencia mínima pero diferencia al fin. Estudiantes ganó 1 a 0 e iría a buscar la tercera copa, nuevamente, al mítico estadio Centenario, donde se desataría una verdadera batalla campal.

Libertadores 1970: Onega no llega. El violento zurdazo de Néstor Togneri,
disparado desde afuera del área, sellará la victoria platense. 

El cañonazo de Togneri tiene destino de red. Fue el único gol de las finales.

Cobertura Diario La Nación

Final de ida en 1 y 57, con camiseta blanca para enfrentar a Peñarol
en el primer match de la definición; el 21 de mayo del 70; Parados:
Pachamé, Errea, Pagnanini, Togneri, Pezzano (arquero suplente), Solari y Echecopar;
Abajo: Conigliaro, Bilardo, Flores, Verón y Spadaro.
La final con Peñarol en La Plata; un durísimo partido que se definió
con un gol de Togneri a tres minutos del final.
Ataca Estudiantes, los uruguayos se defienden como pueden en 1 y 57;
Conigliaro pone la cara ante el despeje.
El avance de la Bruja Verón en la final de ida, en la que Estudiantes dominó el partido.
Ataca Flores de cabeza en el primer duelo de la definición de 1970.
Ariel Pinto salva a Peñarol frente al Bocha Flores; atrás, observa Bilardo.
Christian Rudzki, que ingresó el en segundo tiempo, frente a Goncalves;
el jugador checo fue el primer europeo en ganar la Libertadores.
Jugada de peligro: Verón arremete en el área de Peñarol.
La continuidad de la acción en la que Verón a punto estuvo de convertir.
El esfuerzo pasa factura; el capitán de Estudiantes Juan Ramón Verón
recibe asistencia durante la final en La Plata.
Pintos despeja con los puños ante la mirada de Echecopar.
Ataque permanente; Estudiantes sabía que debía tomar una ventaja
ante Peñarol en La Plata, y la consiguió sobre el final.
Verón, siempre el hombre más adelantado del ataque de Estudiantes.
Otra vez a la carga Estudiantes: Flores, Rudzki y Togneri intentan con el juego aéreo.
La pelota parada, una complicación permanente para Peñarol;
el arquero Pintos despeja un centro por arriba del travesaño.
Un iluminado de la causa: Carlos Salvador Bilardo,
símbolo del León.


Cobertura Revista El Gráfico


El Gráfico ya estaba repodrido de los triunfos de Estudiantes y ya no se preocupaba en ocultarlo. La final de la Copa Libertadores de América sólo merece una pequeña mención en la columna de la izquierda. PATÉTICO!!!!




Imágenes tomadas del Blog: http://mazypincha.blogspot.com/

El partido revancha se jugó una semana después, el 27 de mayo de 1970, en el estadio Centenario de Montevideo. Y ya antes del partido los uruguayos estaban convencidos de que podrían superar fácilmente a Estudiantes y establecer una diferencia superior a aquel 1 a 0 de La Plata.

Pero la resistencia Pincha fue heroica, Peñarol presionó durante todo el partido con el fervor de la desesperación, pero nunca alcanzó a modificar un partido que desde su mismo inicio fue manejado por Estudiantes. Con la pelota o sin ella, defendiendo o atacando, sin ensuciar el trámite de la lucha, sin artimañas extradeportivas, sin refugiarse en la defensa con todos sus efectivos.

Aquella noche, Estudiantes utilizó el balón con un criterio táctico extraordinario. Agrandó y achicó la cancha de acuerdo a sus conveniencias, no entró nunca en el vértigo propuesto por los uruguayos, y no despreció nunca la posibilidad de ir al ataque y lastimar con goles.

Desde la presencia firme de Errea hasta la zurda incontenible de Verón, Estudiantes fue una suma total de aciertos. Con la férrea marca de Pagnanini y Medina, la serena capacidad de Spadaro, el oficio único de Togneri, en la fortaleza inclaudicable de Pachamé, en los generosos despliegues de Solari y Conigliaro, en la lucidez para anular a Ermindo Onega por parte de Carlos Bilardo, en el retorno de Echecopar como delantero de toda la cancha, en la colaboración tenaz y esforzada de Rudzki y de Camilo Aguilar. Con ese despliegue, los minutos del Centenario fueron transcurriendo hasta aumentar a grado superlativo la desesperación de Peñarol, que con el encuentro concluido, con la Copa viajando para La Plata, apeló a una reacción violenta que los nuestros no contestaron. El antifútbol y la violencia lo había puesto Peñarol. Nada tendrían que decir los detractores del fútbol de Estudiantes.

Cobertura Diario La Nación 

La formación campeona de América en el Centenario, el 27 de mayo de 1970;
Arriba, Pachamé, Errea, Pagnanini,Togneri, Medina, Pezzano y Solari;
Abajo, Conigliaro, Bilardo, Echecopar, Verón y Spadaro.
Conigliaro, Bilardo, Echecopar y Verón minutos antes de la final con Peñarol en Montevideo.
Aguilar cubre a Errea, que sale a despejar con los puños ante el asedio de Peñarol.
Enredados en el área; Estudiantes propuso un planteo defensivo en Uruguay
para capitalizar la ventaja obtenida en La Plata; Echecopar, frente a la pelota
y atrás llega Pagnanini.
Otra vez la seguridad de Errea en el juego aéreo,
en una noche con mucho trabajo para el arquero argentino.
Medina abre los brazos en el impulso y Pagnanini lo acompaña; Estudiantes
resistió los 90 minutos, mantuvo la valla invicta y se llevó el tricampeonato.
Bilardo levanta la mano pidiendo offside;
Togneri, Pagnanini y Errea, en alerta por la presión uruguaya.
Errea tuvo un partido impecable y fue muy valioso para la quinta
conquista internacional de Estudiantes en apenas tres años.
Contra todos: el Centenario repleto,
el clima al que se enfrentó el Pincha en la noche de Montevideo.
No atacó demasiado Estudiantes en el Centenario;
en la imagen, la defensa uruguaya neutraliza un avance de Verón.
Luz, cámara, tricampeón: la formación de Estudiantes
ingresa en el Centenario en otra noche de gloria.


Cobertura Revista El Gráfico


Estudiantes acababa de realizar una de las mayores hazañas del fútbol argentino y la revista El Gráfico, en una muestra de discriminación, odio y patetismo extraordinario no hace mención alguna en la portada de su edición semanal. Sabés qué El Gráfico: Fuimos campeones igual. LTA!!!





Imágenes tomadas del Blog: http://mazyp

De esa manera, Estudiantes se consagraba Tricampeón de América. Y más importante que eso, consumaba una revancha limpia por todo lo que había pasado y recibido tras aquella noche del Milan.

Era la revancha de un equipo que había quedado moral y físicamente dañado, de quien de la noche a la mañana se le había querido sacar todo lo conquistado antes. Era la revancha de la conciencia colectiva, de la honestidad profesional, de la vergüenza deportiva, de la rebeldía ante lo que fue un castigo exageradamente riguroso y chauvinista.

Resumen de la Copa Libertadores de América 1970.

Archivo General de la Nación Argentina - Documento Fílmico. Tambor 1323.C16.1.A.


El tricampeonato de América traía consigo el desquite reivindicatorio de un equipo permanentemente encañonado por la opinión ajena. Porque los restos de aquel equipo glorioso se encolumnaron detrás de su conductor, Osvaldo Zubeldía, para volver y superar todos los obstáculos, para demostrar que el Estudiantes Campeón de América y del Mundo no había muerto.

Crónica, siempre junto al Pincha.


Copa Intercontinental 1970


Por tercera vez consecutiva, tras haberse conquistado un nuevo lauro de América, Estudiantes alcanzaba una final del Mundo. Primero había sido el Manchester de Inglaterra, después el Milan de Italia y ahora sería el turno del Feyenoord de Holanda, el último campeón de Europa.

Estudiantes entrena en la Bombonera para enfrentar al Feyenoord.

Era la segunda mitad del año 1970 y pocos antecedentes se conocían de ese equipo holandés que había revolucionado a Europa con su fútbol ágil y rápido. Poco se sabía de ellos, pero después el mundo entero conocería a la "naranja mecánica", a la Holanda que se anotó entre los grandes del mundo con su "fútbol total". Porque en aquel equipo del Feyenoord estaban las bases de la Selección que años más tarde, de la mano de Johan Cruyff, cosecharía tantos reconocimientos.

Entrada de la primera final en la Bombonera.

Efectivamente, en aquel equipo jugaban Jansen, Van Hanegem, Israel y otros elementos conducidos tácticamente por el sapiente Ernst Happel. Llegaron a Buenos Aires para jugar la primera final Intercontinental frente a Estudiantes en cancha de Boca. Aquel primer partido se jugó en l Bombonera el 26 de agosto de 1970.

Y el partido se presentó, de entrada nomás, totalmente favorable a Estudiantes, que literalmente arroyó a su rival, como que a tan sólo 10 minutos de iniciado el encuentro ya ganaba por 2 a 0. Había abierto el marcador a los 6 minutos Juan Echecopar, tras centro de Bilardo, y cuatro minutos después, a los 10, había aumentado Marcos Conigliaro.

Estudiantes vs Feyenoord en la Bombonera (Primera final).

Dos a cero a favor y un partido que se presentaba para golear. Hasta en las mismas tribunas se percibía la distensión de un triunfo asegurado, de una cómoda ventaja que luego se traduciría, en la revancha en Rotterdam, en una nueva Copa Intercontinental para Estudiantes.

Pero nunca hay que contar el tapado antes de matar al oso. Porque enfrente estaban los holandeses y su fútbol, que rápidamente comenzaron a adelantarse en el campo y a equilibrar un partido que se les había presentado como perdido.

Y fue así que a los 20 minutos de ese mismo primer tiempo, un grueso error del arquero Errea ante un remate de Kindvall se convirtió en el descuento para los holandeses.

Ya en el segundo tiempo, junto al descontrol albirrojo, crecía el despliegue de los visitantes. Hasta que a los 22 minutos, otra distracción de Errea le permitió a Van Hanegem llegar al empate. La desesperación ganó a los de Zubeldía, que en esos 20 minutos finales cargaron sobre el arco de Treytel con más fervor que orden, sin poder vulnerarlo. Fue 2 a 2, un empate que reducía casi hasta el imposible la chance para la revancha en Europa.

Estudiantes 2 vs Feyenoord 2 - Primera final - Partido completo.

Estudiantes 2 vs Feyenoord 2. Goles de la primera final.


Aquel desquite se jugó el 9 de septiembre en Rotterdam y Zubeldía dispuso que Oscar Pezzano ocupara el puesto de Errea, que el Tato Medina reemplazara a Pagnanini y que Daniel Romeo ocupara en el mediocampo el lugar de Echecopar. Estudiantes debía ganar en Holanda, o al menos empatar para forzar un tercer partido que se jugaría en Sudamérica.

Paseando por Rotterdam antes de la segunda final Intercontinental.


Entradas para la segunda final Intercontinental en Rotterdam.







Se alcanzó la consigna del empate en el primer tiempo, resistiendo los embates de los holandeses. En el segundo tiempo ingresó Pagnanini por Romeo para fortalecer la defensa, y fue justamente un error en la marca del "gato", el que posibilitó la única caída del arco estudiantil. Ocurrió a los 20 minutos del segundo tiempo por intermedio de Van Daele, y desde allí en adelante todo se haría cuesta arriba.

Los holandeses controlaron el partido sin arriesgar demás y Estudiantes se sumió en una marcada impotencia para forzar la realidad. Los minutos fueron pasando y con ellos la posibilidad de alcanzar otro Copa Intercontinental, que quedó justicieramente en poder de los campeones de Europa.

Feyenoord 1 vs Estudiantes 0 - Segunda final - Partido completo.

Feyenoord 1 vs Estudiantes 0 - Resumen y gol.

A Estudiantes, no obstante, le quedó la gloria de ser nuevamente Subcampeón del Mundo, de haber llegado durante 3 años en forma consecutiva a una final mundial, privilegio reservado a muy pocos equipos del planeta.

Llegaba así a su fin un ciclo brillante, el iniciado por Osvaldo Zubeldía en 1965, que había dejado tras de sí un campeonato Metropolitano, un subcampeonato Nacional (invicto) y otro segundo puesto en el Metro; tres Copas Libertadores de América; una Intercontinental, una Interamericana y dos subcampeonatos del Mundo. Un ciclo sencillamente espectacular.

A veces cuesta dimensionar lo que logró ese equipo de Osvaldo Zubeldía. Su influencia en el fútbol fue incluso más allá de las copas y títulos obtenidos. Literalmente, ese equipo revolucionó el fútbol. Terminó con el lirismo y los esquemas que despreciaban el mediocampo (2-3-5 o 4-2-4), para plantear esquemas sin posiciones fijas. Perseguido y denostado en su país, el Estudiantes de Zubeldía era admirado por Rinus Michels, quien lo consideró el verdadero creador del "Fútbol Total" que luego haría famoso la "Naranja Mecánica" holandesa. Y hasta la revista El Gráfico, quien se cansó de ningunear a Estudiantes en aquellos años de gloria, tuvo que terminar reconociendo la importancia de aquel equipo para el fútbol argentino y mundial.




Y los reconocimientos extranjeros no terminan ahí. El prestigioso sitio Four Four Two analizó cuáles fueron los 50 mejores equipos de todos los tiempos, desde los inicios del fútbol hasta la actualidad, pasando por todas las variantes técnicas y tácticas que hemos visto en el deporte rey. Allí, el Estudiantes de Zubeldía aparece en el puesto Nro. 22, siendo el segundo equipo argentino mejor ubicado, sólo detrás del Independiente tetracampeón de América de la década del 70. Sí señores, Estudiantes figura por encima del Boca de Bianchi o de "La Máquina" de River. Aunque aquí todavía se lo cuestione y se lo intente denigrar con el mote de "anti-fútbol", el mundo lo reconoce como un equipo extraordinario, que revolucionó el deporte y lo cambió para siempre. Y el sitio The Football Phanteon incluye a Zubeldía y Bilardo entre los 50 mejores técnicos de todos los tiempos. La Revolución estaba hecha. Salud Osvaldo!!!






Copa Libertadores 1971


La Libertadores del 71 marcó el final de un ciclo brillante, la culminación de una etapa excepcional en la vida de Estudiantes. Fue el año en que se llegó, por cuarta vez en forma consecutiva, a una final de América. Para ello se debió superar a duros adversarios. El primer equipo ya estaba debilitado, pero continuaba albergando un amor propio incomparable, al que sólo lo pudo superar el inexorable paso del tiempo.

En 1971 el equipo pincharrata no era el mismo. Ya se había ido Zubeldía, tampoco estaban en el plantel muchas de las figuras que formaron parte de aquella maravillosa historia de las Copas.  Ya no estaban Poletti, Manera (que seguía en el club pero estaba lesionado), Raúl Madero, Carlos Bilardo, ni Marcos Conigliaro. Unos por haber abandonado la práctica activa del fútbol, otros por ser transferidos, el técnico para continuar su carrera en el exterior, lo cierto es que medio Estudiantes se había despedido de la Copa aún antes de jugarla por última vez en aquel año de 1971.

Los que se quedaron, no obstante, la disputaron con uñas y dientes, y con la dignidad propia de los campeones, como que en esa oportunidad, volvió a ser Estudiantes el equipo argentino que más lejos llegó en la disputa continental hasta discutirle el título a Nacional de Montevideo.

Llegaba para conducir la primera división Miguel Ubaldo Ignomiriello, el mismo que había gestado aquella "Tercera que Mata", base del plantel Campeón del Mundo. Estudiantes volvía a la disputa de la Copa Libertadores de América y hasta llegaba a una nueva final. No era el mismo equipo de los años de gloria y eso se manifestó en los tres partidos finales frente a Nacional de Montevideo.

Semifinales


Tras los tres títulos de Estudiantes en forma consecutiva, en la edición de 1971 fue modificado el ingreso a la Copa de los equipos campeones. Se formarían grupos eliminatorios de tres equipos que clasificarían a uno a la final, en partidos de ida y vuelta. Y a Estudiantes le tocó hacerlo con la Unión Española de Chile y el Barcelona de Ecuador

El primero de los partidos lo afrontó Estudiantes ante el Barcelona en Guayaquil, quien presentaba la novedad de contar con un sacerdote entre sus filas, para más, un delantero. El 20 de abril de 1971, los dirigidos por Ignomiriello superaron el compromiso al imponerse por 1 a 0 con gol de Miguel Echecopar.

Bambi Flores, Aguirre Suárez, Miguel Ignomiriello - Reportajes en el 
aeropuerto internacional de Ezeiza luego del debut en Ecuador.

La primera sorpresa de aquella edición de la Libertadores del 71, la dio el mismo Barcelona en el estadio de 57 y 1, el 29 de abril, al ganar el partido por 1 a 0 con gol, precisamente, del padre Bazurco. Eran los primeros síntomas que marcaban que Estudiantes ya no era el mismo, porque fue esa la primera derrota copera en la cancha albirroja. Una sola vez, en cuatro años, se había resignado un punto jugando como local, y había ocurrido tras un empate frente al Millonarios de Colombia.

El "padre" Juan Manuel Bazurco define ante el Bambi Flores.
El "padre" Juan Manuel Bazurco festeja su gol en La Plata.
Diario El Día.

Esta victoria se festejó en Ecuador como si fuera la conquista de la Copa, con notas destacadas en los periódicos, festejos populares y hasta canciones que destacan la "Hazaña de La Plata". Todo ellos demuestra el respeto que había logrado establecer el equipo de Zubeldía en los 3 años anteriores a nivel internacional.
Diario El Universo, de Ecuador.

2 canciones ecuatorianas sobre la "Hazaña de La Plata".


Sin embargo, llegaría prontamente la recuperación, tras la victoria alcanzada en Chile frente a la Unión Española, por 1 a 0, conquista que llegó tras una desafortunada acción del zaguero Berly, quien venció su propia valla luego de un preciso contraataque estudiantil.

Así, el 19 de mayo de 1971, llegaría para Estudiantes la posibilidad de alcanzar, por cuarto año consecutivo, otra final de América. Había que vencer a los chilenos nuevamente, esta vez jugando como locales en el estadio albirrojo, para ganar el grupo de semifinalistas. Y Estudiantes ganó ese encuentro por 2 a 1 con goles de Christian Rudzki y Juan Ramón Verón.

Finales con Nacional de Montevideo


La nueva final continental volvería a encontrar a dos archirrivales de América, a Estudiantes y a Nacional de Montevideo. Se repetiría la edición del 69, ganada por Estudiantes en sólo dos encuentros. Los uruguayos venían de realizar una excelente campaña, y de ganar su grupo tras eliminar al Palmeiras de Brasil y a Universitario de Perú.

La primera final se disputó en La Plata el 26 de mayo de 1971, y al cabo de ese partido presenciado por 32.000 espectadores, renacían los sueños albirrojos de alcanzar el tetracampeonato de América. Porque pareció aquel el Estudiantes de sus mejores momentos. Ya estaba Oscar Malbernat, nuevamente, luciendo su cinta de Capitán, Aguirre Suárez como la bandera del fondo, Pachamé volviendo a ser el caudillo del mediocampo, y con la Bruja Verón adelante como abanderado de los sueños. Era la vieja camada y la nueva, la que representaban Carlos Leone en el arco, Daniel Romeo y Pedro Verde.

Estudiantes 1 vs Nacional 0 - Primera final en La Plata - Resumen y gol de Romeo.

La multitud Pincha pudo esa noche bramar y soñar con un nuevo lauro con lo que aportaba el equipo. Con la garra de los históricos, con la savia renovada de los nuevos. Porque a los 15 minutos del segundo tiempo soplaron vientos de victoria tras un gol espectacular de Daniel Romeo, quien voló a 15 cm del césped para zambullirse dentro del área con una "palomita" extraordinaria, para frentear a ras del piso un centro milimétrico  y dejar dormida la pelota al lado del poste derecho del arquero Manga. Fue gol, y gol de victoria, con el que Estudiantes batía a Nacional para arañar media Copa. 

Con la victoria consumada, el pinchaje viajó a Montevideo para buscar el empate que alcanzaría para un nuevo lauro, en el mismo estadio Centenario de tantas proezas estudiantiles. Y a punto estuvo de conseguirlo.

Segunda final en el estadio Centenario de Montevideo (0-1).

Pero aquel Nacional que dirigía el "Pulpa" Etchamendi, el de Manga, Ubiñas, Masnik, Espárrago, Montero Castillo, Cubillas y Artime, era también un hueso muy duro de roer. El 2 de junio, ante tribunas que bramaban pudo hacer suya la victoria, tras un cabezazo de Juan Masnik que se transformó en el único gol del encuentro, venció a Estudiantes y logró alcanzar la posibilidad de un partido desempate, el que se jugaría en Lima, Perú.

Aquella finalísima se disputó el 9 de junio del 71 en el estadio Nacional de Lima y a Estudiantes no le alcanzó. No había resto ya para forzar un partido que se presentó desfavorable desde el comienzo mismo de las acciones. Desde aquel fatídico minuto 22 del primer tiempo, cuando Víctor Espárrago abrió el marcador para Nacional. El partido se iba, la finalísima se iba, la Copa añorada se iba. Y se terminó de ir, definitivamente, en el segundo tiempo, cuando a los 27 minutos Luis Artime le puso cifras definitivas al marcador con una segunda conquista que para Estudiantes fue ilevantable.

Tercera final en el Estadio Nacional de Lima (0-2).

Arriba: Carlos Pachamé, Oscar Malbernat, Oscar Pezzano, Néstor Togneri, 
Ramón Aguirre Suarez, & José Hugo "Tato" Medina. Abajo: Pedro Andrés Verde, 
Juan Miguel Echecopar, Christian Rudzki, Daniel Romeo, & Juan Ramón Verón.
Game: vs Nacional 0-2 (Estadio Nacional, Lima; Libertadores Cup final: final game, June 9, 1971).

Quedaban 20 minutos de juego, los que si bien no sirvieron para revertir la situación, sí alcanzaron para demostrar, una vez más, el coraje de aquellos hombres vestidos de rojo y blanco que vendieron cara su derrota. Así Estudiantes se despedía, gallardamente, de la Copa Libertadores que comenzó a acariciar en 1968 y que tardó cuatro años en devolver.

Fue aquel el final de un ciclo tan espectacular como fructífero, que había comenzado en 1965 y que se había prolongado hilvanando triunfos unos tras otros, brillantes y epopéyicos, durante más de un lustro. En aquel final hubo lágrimas, lágrimas de hombres que sabían que los ciclos se cumplen, que el tiempo es inexorable, que todo, alguna vez, debe terminar. Y aquel ciclo terminó con la gloria de un subcampeonato de América, con un equipo que se despidió de su trofeo más preciado, con la hidalguía de los grandes.

Resumen de la Copa Libertadores de América 1971.

Pachamé y Ubiña... Final Libertadores 1971 en Lima.














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