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sábado, 4 de abril de 2015

08 - El equipazo de Bilardo-Manera (1982-1984)


El regreso de Bilardo


Como ya vimos, desde que Carlos Bilardo dejó el club para dirigir en Colombia, a finales de 1976, Estudiantes navegó sin rumbo durante cinco temporadas consecutivas, bajo la dirección de distintos entrenadores. Y tras la puja electoral de noviembre de 1981, cuando cuatro listas compitieron por la presidencia albirroja, se anunció que todos los esfuerzos de la entidad apuntarían a la contratación de Carlos Salvador Bilardo como nuevo director técnico de los planteles profesionales de la institución. Y en diciembre de se mismo año 81, Bilardo ya estaba en La Plata, merodeando por el Country y controlando 57 y 1, pautando todos los detalles de su futuro trabajo. Junto a él, el profesor Ricardo Echevarría, el querido Yacaré, y el doctor Roberto Marelli, el mismo médico del Estudiantes Campeón del Mundo de Zubeldía.

Abel Ernesto Herrera (marcador lateral).
Por aquel entonces el equipo albirrojo no venía bien. Se había convertido en un anodino equipo de mitad de tabla, con más probabilidades de bajar que de subir. Pero que tenía en su plantel, sin embargo, jugadores de real valía. El Tata Brown era ya algo más que una promesa; Abel Herrera se había convertido en un marcador consolidado; Miguel Russo era titular en el centro de la cancha, y se contaba en la delantera con un goleador de raza como Hugo Gottardi y con un jugador en el que se habían depositado grandes expectativas pero que hasta el momento no había rendido, como Guillermo José Trama. Además, claro está, del jugador más cotizado del plantel, de la figura más destacada del equipo, el nicoleño Patricio José Hernández.

De todos ellos, a Brown, Herrera y Russo, los había ascendido a primera división, siendo juveniles, el propio Bilardo. Y en esta etapa, había otros juveniles esperando oportunidades, algunos de los cuales estaban a punto de quedar libre por consejo de los técnicos anteriores, como el caso de Julián Camino, José Daniel Ponce, Héctor Vargas y Christian Guayta, entre otros.

En ese marco fue que Carlos Salvador Bilardo asumió la conducción técnica de Estudiantes por tercera vez en su vida. Y en su paso anterior por la entidad, de 1973 a 1976, había realizado a su llegada una movida genial que resultó fundamental para reforzar al equipo. Se había vendido aquella vez a Vicente Pernía, el jugador más cotizado de aquel plantel, para traer a Rubén Galletti, a Ignacio Peña y a Jorge Amado, los dos primeros en trueque por Pernía, el tercero con el dinero sobrante de la misma venta, formando un conjunto que llegó a coronarse subcampeón de un torneo Nacional y acceder otra vez a una Copa Libertadores de América.

Esta vez, la figura y su jugador más cotizado era Patricio Hernández. Y su venta, posiblemente serviría para reforzar convenientemente al equipo y llegar a algo parecido a lo hecho por aquel fantástico conjunto albirrojo de 1975.

Estamos en diciembre de 1981 y por la cabeza de Bilardo cruzan miles de ideas. Las que expresa a borbotones en cada entrevista que se el formula, y sin llegar a ser claramente comprendido por muchos.
"Estuve analizando mucho lo realizado por el equipo en estos últimos años y llegué a la conclusión de que realmente hay muchas cosas por conversar. En Estudiantes tiene que estar pasando algo raro, porque se ha estado arriba solamente de seis o siete equipos en los torneos anteriores y algunos de esos conjuntos ya están en la B. No se pudieron pasar los 36 puntos en los campeonatos recientes y entonces hay que armarse nuevamente. El Nacional, justamente, es un torneo ideal para ir buscando la línea y corrigiendo los errores. Iré observando lo que hay, porque allí está el secreto de los grandes equipos. Y en el Metropolitano, ya espero tener una idea acabada de los jugadores que son útiles y los que quedarán al margen. La idea mía es la de lograr el equilibrio entre las líneas, algo similar a lo que hizo Ferro en 1981 o lo que hacíamos nosotros en Estudiantes en 1975. La leyenda del Bilardo ultra defensivo no existe, achicar los frentes al rival y bloquear en el medio no significa retrotraer las líneas y meterse todos adentro del arco" (Carlos Salvador Bilardo, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, pp. 400-401).
Carlos Salvador Bilardo a comienzos de 1982.

Este nuevo Bilardo tenía las pilas bien puestas, sabía lo que quería para su equipo y cómo plasmarlo en la realidad. Había triunfado en su paso anterior por la entidad y a poco estuvo en Colombia de clasificar al Seleccionado de aquel país para el Mundial de 1982. No alcanzar esa meta le provocó un sabor amargo a Bilardo, que Estudiantes se encargó de quitarle.
"Estudiantes me devolvió la alegría, cuando volví de Colombia estaba amargado por no haber clasificado para el Mundial, pese a que estuvimos muy cerca de lograrlo, y tuve ofertas de Vélez Sársfield y de Nacional de Montevideo. En su momento no acepté y luego surgió esto de Estudiantes, que para mí siempre es algo distinto. Porque yo pienso que todos aquellos que integramos aquel equipo famoso de las copas y los títulos quedamos marcados para toda la vida, estamos identificados con los colores, y no solamente en Argentina. Mientras estuve en Colombia, por ejemplo, en cualquier reportaje siempre me vinculaban con Estudiantes, ningún diálogo con los periodistas empezaba con el Cali o con el Seleccionado, siempre se me relacionaba con el equipo de Zubeldía, con Pachamé, Malbernat. Y aquí estoy, por tercera vez en mi vida preparando a un nuevo Estudiantes"  (Carlos Salvador Bilardo, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, pp. 401-402).
Este Bilardo enchufado, sin embargo, a poco había estado de abandonar el fútbol para darle a la medicina tras su anterior trabajo en Estudiantes.
"La verdad es que me había cansado del fútbol. Y por eso un día me fui a la sede de calle 53 y pedí hablar con el presidente, que por entonces era Ignacio Ercoli, para comunicarle que quería largar. Y me fui a descansar a Mar del Plata. Hasta que un día me vino a buscar Alex Gorayeb, un prestigioso dirigente colombiano, para ofrecerme la dirección técnica de su club, el Deportivo Cali. Le dije mil veces que no, y fue Pachamé quien me insistió para que agarrara, y me fui para allá. Salimos campeones con el Cali y después me ofrecieron la Selección de Colombia. Y así seguí hasta hoy, otra vez en Estudiantes,aunque la verdad es que nunca pensé que estaría en el club por tercera vez. Pero sabés qué pasa, yo ahora me doy cuenta que de Estudiantes no me fui nunca, que siempre sigo viéndome con todos los muchachos con los que compartí las alegrías de las copas y los campeonatos, porque a la larga acá pasé los mejores momentos de mi vida. Por eso Estudiantes me enchufa, y el trabajo que nos espera de aquí en más va a ser muy intenso, y no sólo abarcará la tarea de la preparación del plantel superior. Quiero que volvamos a recorrer el país, como hacíamos antes, para rescatar valores jóvenes y así ir nutriendo las divisiones inferiores. El club está en condiciones de respaldar la nueva empresa, no hay deudas, y hay por parte de los dirigentes muy buenas intenciones. Ahora sólo falta la suerte indispensable para poder coronar nuestra tarea" (Carlos Salvador Bilardo, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, p. 402).


Torneo Nacional 1982


El Campeonato Nacional 1982 se jugó invirtiendo el orden establecido hasta ese momento durante las temporadas anteriores, disputándose en la primera parte del año, entre el 12 de febrero y el 27 de junio. 

El certamen, que no se detuvo por la Guerra de Malvinas (transcurrida entre el 2 de abril y el 14 de junio) finalizó mientras Argentina disputaba la fase de grupos del Mundial España '82. 

Participaron 32 equipos, divididos en 4 zonas de 8 equipos cada una, para la primera fase. Fue campeón invicto el Club Ferro Carril Oeste, que venció en la final al Quilmes Atlético Club. Obtuvo así el derecho a participar de la Copa Libertadores 1983. El Pincha lo acompañaría en la aventura copera tras su consagración en el Metropolitano (Soberanía).

Estudiantes integró la Zona C, junto a Talleres (Cba), Rosario Central, Boca Juniors, Gimnasia y Esgrima (Mza), Huracán, Central Norte, Mariano Moreno.

Este torneo sirvió para ir ajustando los resortes que hacían al funcionamiento del equipo. También se fueron fogueando algunos elementos de las inferiores que a poco habían estado de quedar libres, como Julián Camino y José Daniel Ponce, jugadores que en muy poco tiempo se convertirían en piezas claves de aquel equipo.

Con la venta de Patricio Hernández se incorporaron una serie de jugadores que le cambiarían la cara al equipo. Los uruguayos Luis Malvarez y Daniel Martínez, ambos marcadores de punta, los zagueros Angel Landucci y Miguel Angel Lemme, el arquero Juan Carlos Delménico, al tiempo que se producía el retorno del siempre eficaz Rubén Horacio Galletti, tras su paso por el fútbol mexicano y River Plate.

Todavía no se había vendido a Patricio Hernández, cuando Bilardo decidió emprender un viaje a Inglaterra para lograr el concurso de un jugador que ya de muy joven le había "llenado el ojo" actuando para River Plate. Era Alejandro Sabella, quien militaba en el Sheffield de Inglaterra. Y fue el mismo Bilardo quien logró adquirir su pase contando apenas con unos pocos dólares en los bolsillos. Lo trajo con promesas de pago y documentos firmados, encima a precio módico, cuando en la Argentina muy pocos sabían qué era de la vida de Sabella.

Bilardo y Sabella (1982).

"El 4 de enero del 82, cuando comenzamos con todo esto, estaba algo asustado porque yo no había podido estar con los jugadores, ya que me encontraba en Inglaterra y recién el día 6 me pude venir con Sabella. En el plantel había algunos elementos que había visto en el 75 y que sabía que me podían rendir. La primera incorporación que hice fue justamente la de Sabella, ya que mi intención era la de vender a Patricio Hernández, y si no lo vendíamos, tenía pensado hacer jugar a Patricio de 9 y a Sabella de 10. Pero después la venta se hizo y con esa plata se podían traer otros jugadores para ir formando el equipo. Para eso confeccioné una lista accesible para el club y pedí algunos jugadores que podían servir. 
Yo no me jugaba mucho por el equipo y no era por falta de confianza, lo que pasaba es que todo recién comenzaba y eran muchas las cosas que había que hacer. El Nacional estaba bastante cerca y además se venía de tres años donde las cosas no habían salido demasiado bien para Estudiantes y la moral en el grupo no era la mejor. A algunos jugadores de los que estaban en el plantel los conocía de antes, pero de todas maneras no me alcanzaba para jugármela al Campeonato, aunque estaba seguro de que con trabajo y sacrificio se iba a poder levantar el nivel. También había visto a un grupo de chicos de las inferiores de los que tenía algunas referencias, como Camino y Ponce, pero que todavía no estaban para primera. Yo veía que necesitaba tiempo y que si me daban cierto plazo y me dejaban trabajar tranquilo, los resultados ya iban a llegar. Pero en lo inmediato, la verdad es que no esperaba nada.
Dentro de un determinado presupuesto traté de traer los jugadores que más me podían rendir. Así vino Landucci, en quien yo había pensado para reforzar la franja central de la defensa, junto con Brown. Después necesitaba dos marcadores de punta, y así llegaron los uruguayos Martínez, a préstamo, y Malvárez, en cesión definitiva. De San Lorenzo me gustaban tres jugadores a los que conocía de cuando fue técnico de ese club, Perazzo, Rinaldi e Insúa. Pero el único que pudo venir fue Walter Perazzo. En el arco lo teníamos a Bertero, pero yo quería otro arquero más y así se dio el pase a préstamo de Delménico, que estaba en el exterior. Y así comencé a armar el equipo, aunque siempre con objetivos más bien lejanos. El panorama se me completaba con Ponce, un jugador al que si bien le faltaba experiencia me podría dar resultados, mientras que para el gol los teníamos a Gottardi y a Galletti. También estaba Trama, un muchacho que no venía bien pero al que se podía recuperar" (Carlos Salvador Bilardo, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, pp. 414-415).
Y comenzó así el torneo Nacional de 1982, en el que se fueron ajustando los resortes que hacían al funcionamiento del equipo. Estudiantes continuaba avanzando y hasta logró clasificar para las instancias finales del torneo. Claro que además en uno de esos partidos, frente a Boca Juniors en la Bombonera, Bilardo tuvo oportunidad de dialogar con uno de los jugadores que integraba el banco de suplentes del equipo xeneize, Marcelo Antonio Trobbiani, quien venía de padecer hepatitis y no era tenido demasiado en cuenta por el técnico de su club. Bilardo lo convenció, y para el campeonato siguiente Marcelo Trobbiani jugaría para Estudiantes, tras lograrse su concurso a precio módico.

Boca 1 vs Estudiantes 1 - 2 de mayo - Zona C del Torneo Nacional de 1982.
"El Nacional lo empezamos bien, pese a todos los problemas que teníamos, habíamos estudiado el panorama y sabíamos que los resultados podían ser de lo más variados, ya que lo principal era trabajar con vistas al Metropolitano (por entonces llamado Soberanía) aunque tampoco ahí nos íbamos a desesperar por los resultados. Pero igualmente, en el Nacional el equipo comenzó a sorprenderme por la rapidez con que se conseguían los resultados" (Carlos Salvador Bilardo, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, p. 415).
Alejandro Sabella, mientras tanto, ya se había convertido en ese torneo Nacional de 1982 en una figura deslumbrante con su gambeta extraordinaria y su gran capacidad de conducción. Con él jugaban el Magú Gurrieri, alternaba la zurda del Bocha Ponce, comenzaban las mandadas de Julián Camino, se iniciaba la recuperación de Paolo Trama y de Hugo Gottardi, y desde el arco Juan Carlos Delménico destilaba solvencia. Y el equipo llegó hasta semifinales.

Estudiantes 3 vs San Martín de Tucumán 1 - 23 de mayo, estadio Hirschi.
Primer partido, Cuartos de Final, Torneo Nacional de 1982.

El rival en esa instancia fue Quilmes, dirigido tácticamente por Roberto Domingo Rogel. La eliminatoria sería a partido y revancha, visitantes en Quilmes en el primer cotejo, de locales en 57 y 1 en el de vuelta. Y la táctica de Quilmes para aquellos encuentros fue la de sacar de la cancha a Alejandro Sabella. Y lo lograron en el primero de los dos partidos, con una patada alevosa y artera que le impidió al "10" seguir en el campo de juego tanto en ese partido como en la revancha. Así, Quilmes logró eliminar a Estudiantes en aquella semifinal.

Sin embargo, el equipo albirrojo estaba cumplido para esa primera etapa que el propio Bilardo había definido como "de prueba". Probando, se había llegado más lejos que en cualquiera de las temporadas anteriores. Y con un funcionamiento que iría "in crescendo", con un andamiaje sólido tanto en defensa como en el medio campo y en la delantera. Faltaban todavía aceitar algunos engranajes, un tiempo más de trabajo, imbuir al equipo de algunos conceptos más firmemente, un poquito más de confianza. Las ideas de Bilardo ya se podían ver en la cancha. Pero todavía se iría por más y el Metropolitano del 82, denominado torneo Soberanía, sería la meta a alcanzar. Un certamen sin dudas difícil, a 42 fechas de partido y revancha, todos contra todos. Pero Estudiantes ya estaba en marcha.

Arriba: José Luis Brown, Miguel Ángel Gette, Miguel Ángel Lemme,
Luis Enrique "Lucho" Malvarez, Juan Carlos "Loco" Delménico, & Abel Herrera.
Abajo: Rubén Horacio Galletti, Ángel Antonio Landucci, Guillermo José Trama,
Hugo Ernesto Gottardi, & Alejandro Esteban Sabella.
Game: vs San Martin de Tucumán 3-1 (Hirschi, La Plata; Nacional, quarterfinals, 1st leg, May 23, 1982)

Campeón Torneo Metropolitano 1982 (Soberanía)


Culminado aquel torneo en el que Estudiantes llegó hasta las instancias semifinales, todos los pensamientos de Bilardo apuntaban al Metropolitano, no para ganarlo, pero sí para ir formando un equipo de punta que pudiera luchar en los próximos años por posiciones de privilegio.
"Yo pensaba que con tres refuerzos más ya se podía formar un equipo para pelear arriba y por eso pedí a José Berta, Morete y Trobbiani, y de los tres sólo pudo venir este último. Al que más lamenté fue a Morete, ya que su presencia nos aseguraba varios goles, pero el pase no se pudo conseguir y había que arreglarse con lo que se tenía, la cosas se había dado así. El tema es que al comenzar el campeonato, yo había calculado que nosotros teníamos cinco equipos por encima nuestro, que eran Boca, River, Independiente, Ferro y Vélez; después estábamos nosotros junto a Talleres, Newell's y Rosario Central. Con este panorama, yo decía que si teníamos suerte podríamos terminar sextos, y con mala suerte, décimos. Y durante el campeonato fue como yo pensaba, Estudiantes le agarró la mano rápido al campeonato, pero rindió de acuerdo a lo que yo pensaba, ni más ni menos, lo que al final pasó fue que los otros equipos se cayeron..." (Carlos Salvador Bilardo, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, p. 415).
Junto al ombú de 1 y 55 el plantel completo de Estudiantes para el Metro 82.
Arriba: Bertero, Gette, Monzón, Landucci, Delménico, Sabella Herrera, Gurrieri, 
Malvarez, El profe Echeverría (PF), Vargas. 
En la segunda Fila: Bilardo (DT), Camino, Trobbiani, Leme, Brown, Gottardi y Galletti (parado).
En la tercera Fila: Gugnali, Trama, Ponce y Russo.
Abajo: Alvarez, Perazzo, Llane, Agüero y Daniel Martínez (parado).

Y Estudiantes se largó a enfrentar aquel torneo Metropolitano con todo lo que tenía. Y de entrada nomás, llegaron cuatro victorias consecutivas y con la valla invicta. El debut de aquel equipo en ese torneo denominado Soberanía tuvo lugar el 18 de julio, cuando enfrentó en Córdoba a Racing de aquella provincia, al que venció por 1 a 0 con gol de Hugo Gottardi.


El mismo resultado se repitió en 57 y 1 frente a Huracán, con otro gol de Gottardi. En la tercera fecha, se debió visitar a Central en Rosario y allí consumó otra victoria, esta vez por 2 a 0, con goles de Gottardi y de Trobbiani, este último de extraordinaria factura, mientras que por la cuarta fecha, al recibir a Platense, se alcanzó otro triunfo por 1 a 0 con gol de Guillermo Trama. Cuatro partidos jugados y cuatro ganados, con cinco goles a favor y ninguno en contra. Estudiantes ya punteaba el campeonato con un arranque demoledor.

La serie, sin embargo, se cortó en la quinta fecha, cuando se debió enfrentar a Boca en la Bombonera. Aquel partido se perdió por 1 a 0, con un gol increíble que marcó para los xeneixes Scotta y con Estudiantes acusando la baja de Sabella.

En la sexta fecha, visitó nuestra ciudad Independiente, el que a la postre resultaría el gran rival del torneo, y el encuentro terminó con un empate sin abrirse el marcador. Posteriormente a Estudiantes le correspondió quedar libre, luego se empató con Ferro en Caballito 0 a 0 y la punta comenzó a alejarse.

Pero Estudiantes seguía prendido. Se le ganó 2 a 0 a Sarmiento de Junín en La Plata con dos goles de Guillermo Trama y en la décima fecha se empató de visitante frente a Instituto de Córdoba 1 a 1, con gol de Landucci.

Revista El Gráfico Nº 3291 del 02-11-1982.

La recuperación albirroja y la vuelta a la senda de los triunfos llegaría en la 11° jornada, cuando con dos goles de Galletti y uno de Trobbiani se batió a Nueva Chicago por 3 a 0. Pero el equipo todavía mostraba irregularidades y debió soportar una dura derrota en su viaje a Rosario para enfrentar a Newell's, quien venció por 3 a 1, marcando el tanto pincharrata Guillermo Trama.

Sin embargo, el equipo seguía entero y a la fecha siguiente le ganó 2 a 1 a Argentinos Juniors, con tantos conquistados por Galletti y Brown.

Pero el fixture albirrojo era por demás exigente y la próxima fecha marcaba que había que enfrentar a River en el Monumental. Y allí fueron los dirigidos por Bilardo, para desarrollar un partido espectacular que debió ser triunfo. Abrió el marcador el tano Galletti a los 7 minutos del primer tiempo y en el complemento se fue expulsado Sabella. Estudiantes Guapeó con 10 hombres y River apenas pudo empatar faltando tres minutos para la finalización del partido.

En el encuentro siguiente el Pincha batió a Racing 2 a 0 (goles de Ponce y Monzón), para empatar luego como visitante frente a Quilmes con el marcador en blanco. Después se goleó a Unión de Santa Fe por 4 a 0, con tantos de Sabella, Ponce y dos de Trama, hasta llegar a la anteúltima fecha, cuando en Liniers se le ganó a Vélez por 2 a 1 (goles de Trama y Trobbiani) y alcanzar nuevamente la punta del campeonato. Aquella primera rueda se cerró con un empate como local frente a Talleres de Córdoba, sin abrirse el marcador.

El partido destacado de esta primera rueda fue, sin dudas, el triunfo frente a Vélez en Liniers, correspondiente a la fecha 18°, cuando Estudiantes pasó a compartir la punta de la tabla de posiciones junto a Independiente. El rival eral el Vélez dirigido por Juan Carlos Lorenzo, un muy buen equipo que contaba con figuras como Ischia, Vanemerak, Carlos Bianchi como centro-delantero y el Beto Alonso. Toda la prensa capitalina esperaba que Estudiantes se cayera, pero el Pincha jugó un partido extraordinario donde, literalmente, le pintó la cara al rival. A los 12' del primer tiempo llegó el primer gol. Trama agarró la pelota apenas pasada la mitad de la cancha, hizo un quiebre de cintura y un marcador que pasó de largo; pique corto hacia el arco adversario, freno y otro velezano que pasa de largo; otro pique corto hacia el arco adversario, freno y otro defensor que sigue viaje. Paolo levantó la vista y metió un zurdazo que Pumpido todavía la está buscando. Pero todavía habría más, faltaba la joya de la corona con toques, caños y gambetas. La obra maestra llegó a los 29' del primer tiempo. Marcelo Trobbiani le fue fiel a su apodo de Mandrake e hizo un pase de magia. Pared con Lemme, toque con Trama (de taco), pisada en el área chica, toda una defensa que pasa de largo y otro toque sutil, una caricia para que la pelota vaya a descansar al fondo de la red. Monumento al gol, homenaje al fútbol, calidad Pincharrata, para marcar el que sería elegido como el mejor gol del campeonato. Contagiado por ese fútbol, un minuto después el Beto Alonso anotó el tanto del descuento. Pero ahí se quedarían, segados por el juego de alto vuelo del equipo de Bilardo. Estudiantes ganó ese partido por 2 a 1 dando clase, para que de allí en más lo mirasen con más respeto. Fuel el 20 de octubre de 1982 y todavía faltaba una rueda. Pero el Pincha no se caería más y seguiría firme en lo más alto de la tabla hasta gritar Campeón.

Revista El Gráfico.

Golazo de Marcelo Trobbiani a Vélez (el 2° del partido). 
El equipo del "Doctor", cuando se inspiraba, jugaba un "Fútbol Total".

Con ese resultado, Estudiantes había finalizado la primera rueda del Soberanía compartiendo el primer puesto de la tabla con Independiente. Pero en la segunda rueda, el equipo de Bilardo desplegaría un andar arrasador que lo catapultaría a la obtención del campeonato.

Así, se le ganó sucesivamente a Racing de Córdoba por 2 a 1 (dos penales de Brown); 3 a 1 a Huracán (Trama, Trobbinai y Brown); 3 a 1 a Central (Trobbiani, Trama y Brown); y se empató 0 a 0 con Platense. Después llegó una inesperada derrota frente a Boca como local (1-2, gol de Russo); se empató 1 a 1 con Independiente (Gottardi); y volvieron después de quedar libre los triunfos frente a Ferro (2 a 0, Gottardi y Galletti); 1 a 0 a Sarmiento (Gottardi); y empate 1 a 1 con Instituto (Trobbiani); 0 a 0 con Chicago y 1 a 1 con Newell's (Trama).

Caída ante Boca en 57 y 1. Cuenta la leyenda que el mufa Kiricocho no se
pudo acercar al plantel de Boca que trajo seguridad privada.

Terminaba el año 82 y se venció a Argentinos Juniors 2 a 0, con goles de Trama y Gottardi. El torneo se reanudó el 5 de enero de 1983, con un empate frente a River (1 a 1, Gottardi), para después iniciarse una racha positiva que finalizaría con el título: 3 a 1 a Racing (dos de Trama y uno de Gottardi); 1 a 0 a Quilmes (Gottardi); 2 a 0 a Unión (Camino y Trobbinai); y luego el terrible partido frente a Vélez en 57 y 1.

Revista El Gráfico - Estudiantes 1 vs Quilmes 0.

Revista El Gráfico N° 3303 (2 a 0 a Unión).


El dramático partido con Vélez


Fue el 29 de enero y el encuentro no terminó. En el entretiempo y con el partido igualado 0 a 0, explotaron bombas de estruendo en el camarín velezano y los dirigidos por el Toto Lorenzo decidieron no salir a jugar el segundo tiempo. Pero el abandono velezano no representó para Estudiantes los puntos en juego. Fueron días de interminables polémicas, ya que estaba en juego nada menos que la definición del campeonato. 


La tapa de la revista El Fortín de Vélez. En la foto aparece
el técnico Juan Carlos Lorenzo junto a los jugadores
José Luis Cuciuffo, Omar Jorge y Víctor Alejandro Lucero.

Detrás del escándalo, quedó la sombra de la enemistad entre el Toto Lorenzo y el Narigón Bilardo de la época en que se enfrentaron la semi y la final de las Copas Libertadores de 1977/78 (Boca-Deportivo Cali). Aprovechando las agresiones sufridas, Lorenzo quiso sacar ventaja de la situación para perjudicar al club platense en la definición por el título.

Juan Carlos Lorenzo, técnico de Vélez, en la cancha de Estudiantes. El Tribunal
de Disciplina lo acusó de actuar de manera apresurada en la retirada del equipo.

Algunos medios gráficos desataron una campaña en contra de Estudiantes, hasta que la AFA determinó que el partido se resolviera en la cancha, por lo que el 11 de febrero se jugaron dos tiempos de 23 y 22 minutos. Y esa prolongación del encuentro fue infartante. Incentivados, los dirigidos por Lorenzo vinieron resueltos a conservar el empate, metiéndose todos en su propio arco. Los que antes se habían ido de la cancha, antirreglamentariamente, ahora apostaban todo al empate.

Columnas de Víctor Hugo Morales en las ediciones de El Gráfico del 15/02/1983 y 22/02/1983.

Pero la justicia cae o llega, y aquella vez llegó en forma de córner al primer palo, el que ejecutó el Bocha Ponce y el que conectó el Tata Brown para abrir la llave del reino y acceder al campeonato. Sucedió cuando faltaban sólo cinco minutos para el final y Estudiantes era una tromba desesperada en busca del gol.

Video tomado del canal "Videos de Vélez". Incidentes y gol del Tata Brown.

11 de febrero de 1983... cabezazo histórico del Tata Brown.

Clarín: Estudiantes-Vélez: bombas y petardos en una histórica definición


La vuelta en Córdoba


Después de aquel dramático partido frente a Vélez, Estudiantes llegaba a la última fecha del torneo con un punto de ventaja sobre Independiente, único rival que podía discutirle el título, y quien a su vez debía enfrentar, en Córdoba, al Racing de esa provincia.

En esa última fecha, Estudiantes debía enfrentar, también en Córdoba, a Talleres. Y hacia el Chateau Carreras viajaron, para gritar el campeonato, los jugadores y miles de simpatizantes que llenaron las tribunas del enorme estadio mundialista. Era el partido del campeonato, y otros miles de simpatizantes aguardaban en nuestra ciudad, radio en mano, para esperar la hora del festejo desenfrenado.

Arriba: José Luis Brown, Ángel Antonio Landucci, Miguel Ángel Russo,
Juan Carlos Delménico, Julián Camino & Abel Ernesto Herrera.
Abajo: Marcelo Antonio Trobbiani, Hugo Ernesto Gottardi, Guillermo José Trama,
José Daniel "Bocha" Ponce, & Alejandro Esteban Sabella.
Game: vs Talleres 2-0 (Estadio Chateau Carreras, Córdoba; Metropolitano, 38th game, Feb 14, 1983)

Era el último partido y había que ganarlo. El título estaba ahí y sólo dependía de Estudiantes. Y Estudiantes lo ganó a lo Estudiantes, sin arrugar, poniendo todo en la cancha, sin miedos ni agachadas, con su gente en la tribuna y con sus jugadores en la cancha. Y lo ganó.

En la primera media hora de juego, el Pincha fabricó tres clarísimas situaciones de gol que no lo fueron por muy poco, pelotazo en el travesaño incluido. El primer tiempo se fue con el marcador en blanco pero con un claro dominador: Estudiantes.

Hasta que a los 8 minutos del complemento, Sabella se fue por la izquierda, ingresó al área con pelota dominada y Coleoni lo volteó cometiendo claro penal. Lo ejecutó el Tata Brown, quien fusiló a Comizzo (había ingresado por el lesionado Baley) para abrir el marcador y comenzar a gritar el título.

El Tata Brown acaba de fusilar al arquero, de penal. Gol y campeonato a la vista.

El partido estaba servido y había que rematarlo. Cada contragolpe albirrojo era medio gol y en uno de ellos llegaría el tiro de gracia. Fue a los 24 minutos de ese segundo tiempo, cuando Trobbiani se quedó con la pelota en tres cuarto de cancha, arrancó hacia adentro y se la tiró a Gottardi, quien superó en velocidad a Galván y a Oviedo, se abrió hacia la izquierda cuando el arquero abandonó el área, lo dejó afuera de la conversación con una gambeta larga y definió con un tiro cruzado que fue el del final. Porque ahí terminaba todo, el partido y el campeonato.

Lo que siguió fue un simple complemento, un pasatiempo, porque Estudiantes ya no necesitaba nada más. Y por si fuera poco, Independiente estaba empatando su partido. Antes del final, la repleta tribuna platense ya lo cantaba: "Se siente, se siente, Osvaldo está presente", en emotivo reconocimiento al fundador de ese estilo y de esa escuela que volvía a tutearse con la gloria.

Los minutos pasaron y llegó el final, con los campeones en la cancha y en las tribunas, con el delirio de un nuevo título en Córdoba y en nuestra ciudad, con esa vuelta olímpica que se dio en la docta y en la calle 7, como antes. Era otra vez Estudiantes, ahora dirigido por el más adelantado alumno de Zubeldía. Otra vez en la gloria, como aquella que se había gestado 15 años atrás.

Talleres 0 vs Estudiantes 2 (goles y festejos en La Plata).

A pesar de la mala onda que había tirado en el partido con Vélez, El Gráfico realizó una gran cobertura del nuevo triunfo Pincharrata:












Imágenes tomadas del blog: http://mazypincha.blogspot.com



Los secretos del Campeón


Estudiantes ya era Campeón. En el gigante estadio mundialista Chateau Carreras, en la lejana Córdoba, Estudiantes había demostrado que fue el mejor del campeonato y que el título, después de tantos años, le quedaba a medida. Y cuando todo era festejo, cuando en las tribunas cordobesas más de 10.000 personas daban rienda suelta a la algarabía y mientras las calles de La Plata, a la distancia, se habían convertido en un carnaval, el hombre responsable del nuevo título, Carlos Salvador Bilardo, se abrazaba en el vestuario con el hijo de su máximo maestro, con el hijo de Osvaldo Zubeldía.

"En Osvaldo, sólo pensé en Osvaldo", repetía Bilardo minutos después de que Estudiantes se convirtiera en el Campeón del Soberanía 82. "Este título es de Zubeldía", repetía el Narigón. Y en esa dedicatoria a Osvaldo se encerraba algo más que un recuerdo al gran maestro que había fallecido en diciembre de 1982 en Colombia. Porque Osvaldo Zubeldía había inventado a un nuevo Estudiantes, bajo su influjo Estudiantes había ganado los únicos campeonatos de su historia, que al fin de cuenta fueron muchos, y tras su partida Estudiantes parecía condenado a regresar definitivamente a su condición de equipo "chico", imposibilitado de cosechar nuevos lauros.

Pero Zubeldía había dejado algo más que títulos. Dejó ideas y a un alumno aventajado que había logrado plasmar sus mismos conceptos, agiornados y mejorados. Carlos Bilardo, su mejor alumno, había estado cerca de alcanzar un título con Estudiantes en 1975, cuando por apenas un tiro penal en el travesaño debió conformarse con el Subcampeonato.

Pero esta vez del 82, además, había llegado después de una batalla feroz contra Independiente, el rival deportivo; contra Vélez Sársfield, el rival incentivado; contra la AFA, que insólitamente había fallado contra Estudiantes tras la suspensión de aquel polémico partido con Vélez en La Plata; y en definitiva, contra todos, igual que en aquellas heroicas gestas zubeldianas. Como si Estudiantes sólo pudiera ser Campeón a lo Estudiantes, como si el destino así lo determinara.
"Después de aquellos dramáticos 45 minutos que quedaban pendientes contra Vélez, en el plantel hubo un aflojamiento generalizado. Y los jugadores se habían pasado todo el día posterior a aquel partido, en el mismo estado. Fue por eso que los reuní y les dije «ustedes parecen esos chicos del secundario que terminan de aprobar un examen y piensan que ya todo se acabó». Por suerte lo entendieron y se pusieron a trabajar pensando en Talleres, que era el último partido que nos quedaba.
Y la verdad es que los vi bien a los muchachos, serenos y tranquilos, por eso les tenía una confianza total, porque son buenas personas, tipos que quieren llegar. Uno les habla y se interesan enseguida, y si están de acuerdo, se aplican de inmediato a conseguir lo que quieren. Y para eso saben que hay que trabajar.
Por ejemplo en este campeonato hicimos muchos goles de pelota parada, como el que nos dio el pasaporte al título en el partido contra Vélez. Nosotros lo tenemos a Ponce media hora tirando centros al primer palo, pero si el pibe ve que después en los partidos no se da, seguramente se va a desalentar, por eso ayudó mucho hacer goles en la cancha, en los partidos cuando los puntos valen, con esas jugadas, porque quienes hacen esas jugadas van tomando cada vez más confianza. Por ejemplo en van tres al primer palo y dos al segundo, y de acuerdo al lugar donde va la pelota, el cabezazo del que llega va al arco o peina hacia atrás. Contra Vélez fueron dos, Landucci no llegó, pero Brown sí".
Después de Vélez venía Talleres, el partido del campeonato. Ya vimos cómo Estudiantes ganó ese partido. Veamos ahora cómo lo había planificado antes el Narigón Bilardo:

Al la semana de la coronación en el Metro 82, El Gráfico entrevistó a Carlos Salvador Bilardo, quien repasó su llegada, el armado del plantel y el torneo que se acababa de ganar:





Imágenes tomadas del blog: http://mazypincha.blogspot.com


Campeón Nacional 1983


Lo que era un secreto a voces en enero de 1983, muy pronto se convirtió en realidad. Carlos Salvador Bilardo dejaba la conducción técnica de Estudiantes para incorporarse como Director Técnico de la Selección Nacional, entregando un equipo Campeón, clasificado para la próxima edición de la Copa Libertadores de América y ya armado en cuanto a juego. Pero Estudiantes, que reunía todas esas condiciones, tenía que ponerse a buscar técnico. Bilardo dijo Manera y así el ex jugador albirrojo volvió a ocupar en la entidad el cargo de entrenador.


Eduardo Luján Manera ya había desarrollado esa función en una situación muy similar, en 1977, también tomando un equipo armado y dejado por Bilardo al irse a dirigir a Colombia. Y en aquella oportunidad no le había ido del todo bien, ya que el conjunto bajo su dirección había caído en una serie de irregularidades, incluyendo malos resultados, que precipitaron su alejamiento.

Se abría así, para Manera, una nueva oportunidad. El equipo era sólido, aunque en principio se fueron produciendo algunas bajas, como las del arquero Juan Carlos Delménico –a quien no se le pudo renovar su préstamo, ya que el pase pertenecía a un club extranjero–, Angel Landucci y Miguel Angel Lemme –fueron a Argentinos Juniors, donde volverían a ser campeones– y Hugo Ernesto Gottardi, quien a mediados del año sería transferido al fútbol colombiano. No obstante, la base del equipo seguía siendo la misma y era por demás confiable, pese a que el año 83 presentaba un exigente fixture de compromisos, se avecinaba el Torneo Nacional, el que debería disputarse en forma paralela con la Copa Libertadores de América.

Y Estudiantes, como último campeón del fútbol argentino, debutaba en el Torneo Nacional visitando a Unión en Santa Fe, empatando ese partido con gol de Alejandro Sabella. Por la segunda fecha del certamen volvió a jugar de visitante, para caer frente a Racing de Córdoba por 3 a 1, marcando José Luis Brown el único gol estudiantil, de tiro penal.

Con dos resultados desfavorables, un empate y una derrota, parecía presentarse como más conveniente apuntar todas las chances del equipo a la Copa Libertadores, próxima a iniciarse. Sin embargo, en el campeonato local comenzaron a aparecer los triunfos.

El primero de ellos llegó en la 3° fecha y por goleada. El rival fue Unión San Vicente de Córdoba y en su debut en 57 y 1 el equipo fue una aplanadora ganando 5 a 0 con goles de Gottardi, Brown (2), Camino y Alberto Jesús Benítez, un centro-delantero que había sido incorporado por el club ese mismo año.

Eduardo Luján Manera y Miguel Angel Russo en el Nacional de 1983.
Luego conformarían la dupla técnica del ascenso 1994/1995.

En el partido siguiente, también como local, se batió a Racing de Córdoba por 3 a 2, con tantos marcados por Brown, Trama y Sabella; mientras que en la revancha frente a Unión San Vicente se volvió a golear 4 a 2, con conquistas de Daniel Pata Rodríguez, Benítez, Gustavo Rezza y Teves. En esa oportunidad fue dirigido por Oscar Miguel Malbernat, el técnico alterno, por cuanto Manera y los titulares viajaban afuera del país para hacer frente a los compromisos de la Libertadores.

Ese mismo conjunto suplente, por su parte, cerró la etapa clasificatoria del Torneo Nacional, empatando 0 a 0 con Unión de Santa Fe, alcanzando con ese resultado el pase a la siguiente ronda.

En esa nueva instancia, Estudiantes debía eliminarse con Vélez Sársfield, Nueva Chicago e Instituto de Córdoba. El 17 de abril del 83 le ganó a Chicago 2 a 0 con goles del colorado Vieta y Trobbiani; luego se perdió frente a Vélez en Liniers por 1 a 0; se batió a Instituto en Córdoba por 1 a 0; se volvió a perder 1 a o con Vélez en La Plata; y se le ganó a Chicago de visitante por 1 a 0, con gol de Sergio Gurrieri. Con lo justo, sin sobrar nada, Estudiantes se metía en los octavos de final y a partir de allí todo se definiría con "muerte súbita" y a partido y revancha con un sólo rival.

Estudiantes 2 vs Nueva Chicago 0 en el Estadio Jorge Luis Hirschi.

Y el rival de los octavos de final fue Ferro Carril Oeste, el mismo equipo con el que se disputaba la Copa Libertadores. Se le ganó a Ferro en el partido de ida jugado en La Plata por 1 a 0, con gol de Trobbiani, y se empató 2 a 2 en la revancha jugada en Caballito, con tantos de Sabella y Brown.

Y en los cuartos de final, el rival sería el Racing Club de Avellaneda, dirigido por Rogelio Domínguez. Y también en esta instancia la clasificación resultó apretada, lográndose por apenas un gol de diferencia, ya que se ganó en La Plata 3 a 1, con goles de Trama y dos de Gottardi, y se perdió en Parque Patricios –allí jugaba Racing como local– por 2 a 1, marcando nuevamente Gottardi para Estudiantes.

Así Estudiantes, casi sin proponérselo, se encontraba en la semifinales del Torneo Nacional. Hasta esta instancia también llegó Temperley, equipo que dirigía Humberto Zucarelli, con quien debió eliminarse el conjunto dirigido por Manera. El primero de los dos partidos se jugó el 29 de mayo de 1983 en 57 y 1, y Estudiantes no pudo establecer diferencias, resignándose a un empate 1 a 1, con gol de Agüero.

Empate 1 a 1 con Temperley en el Estadio Jorge Luis Hirschi.

Pero fue en la revancha jugada en cancha de Bánfield donde Estudiantes logró su cometido. Los 90 minutos habían finalizado 1 a 1, con gol de Brown, y debieron jugarse dos tiempos suplementarios de 15 minutos cada uno para consagrar a un ganador. Y el ganador fue Estudiantes, que con goles de Gottardi y Trobbiani se impuso finalmente por 3 a 1.


Las finales con Independiente


Estudiantes ya estaba en las finales de un nuevo certamen. Pero hasta allí, el equipo no había demostrado lo mismo que en el torneo anterior, cuando era dirigido por Carlos Bilardo. Hasta aquí había ganado 10 partidos, empatado 4 y perdido 4.

Pero igualmente estaba en la final, para enfrentar nada menos que a Independiente, el mismo equipo con el que se había luchado palmo a palmo en el campeonato anterior, para más, poblado de figuras. Simultáneamente, Estudiantes debía decidir la etapa clasificatoria de la Copa Libertadores frente a Ferro Carril Oeste en Caballito. Y todo en una misma semana.

Y fue aquella una semana inolvidable. El primer partido frente a Independiente se jugó la noche del 4 de junio de 1983 y Estudiantes lo pulverizó, jugando su mejor partido del campeonato, en el que además se despedía Hugo Gottardi. Y el santafesino lo hizo a su manera, con un gol. El otro lo hizo Guillermo Trama, enganchando una pelota cerca del medio campo para llevarse a la rastra a Trossero y a toda la defensa de Independiente, para esperar al arquero Goyén y marcar un golazo espectacular.

Durante aquel partido Estudiantes fue una máquina que aniquiló a su rival, despertando una lluvia de elogios y un unánime reconocimiento como el mejor equipo del país. Juvenal, el periodista de la revista El Gráfico que en otros tiempos había seguido muy de cerca las campañas de aquel Estudiantes de Zubeldía, ahora volvía a escribir sobre el equipo albirrojo señalando que:
"Estudiantes fue un vencedor indiscutible, convincente, rotundo, total. Porque lo del conjunto Pincha, que dirigen desde adentro Alejandro Sabella, Marcelo Trobbiani y José Daniel Ponce, es realmente admirable. Porque ha conseguido plasmar en hechos concreto el sueño de Bilardo. En el partido contra Independiente corrió más que su rival, luchó con más fibra, pensó con más inteligencia, llenó mejor la cancha, llegó con más claridad y logró la conjunción ideal de la inspiración personal, la disciplina táctica, el espíritu colectivo y el funcionamiento en bloque. Y así Estudiantes demostró que en el fútbol se puede correr, luchar, morder, hacer presión constante sobre el rival que tiene la pelota, pero al segundo siguiente, cuando se gana su posesión, no hay impedimento alguno para pensar, crear, construir, llegar y meter goles. Con todo eso, Estudiantes destruyó a su rival y ya tiene medio campeonato ganado" (Juvenal, cit. en La Historia de Estudiantes de La Plata, Eds. Atlántica, T. II, p. 450).
Y el medio campeonato que faltaba después del 2 a 0 terminante y contundente que se había logrado en el primer partido, se alcanzaría a la semana siguiente en Avellaneda. Claro que en el medio, se debía enfrentar a Ferro en Caballito por la Libertadores. Y ese también fue triunfo albirrojo. Para después ir a buscar el título del Nacional a la doble visera de Avellaneda. Ese partido se jugó el 10 de junio de 1983 y, pese a perder 2 a 1, la diferencia de goles alcanzada le permitió a Estudiantes coronarse nuevamente Campeón. La temporada del 82-83 le había dado dos títulos a Estudiantes, quien con su condición de Bicampeón, ratificaba ser el mejor equipo del país.

Arriba: José Luis Brown, Carlos Bertero, Rubén José "Negro" Agüero,
Miguel Ángel Russo, Julián Camino, & Abel Herrera. Abajo: Marcelo Trobbiani,
Sergio Gurrieri, Guillermo Trama, José Daniel Ponce, & Alejandro Sabella.
Game: vs Independiente 1-2 (Doble Visera, Avellaneda, Buenos Aires; Nacional, final, 2nd leg, June 10, 1983)

Finales con Independiente (Ida y vuelta - Resumen).

La revista El Gráfico, fiel a su historia de no tolerar dos triunfos consecutivos de Estudiantes, le dedicó al bicampeonato Pincha un pequeño recuadro en la portada de su edición semanal. PATÉTICO!!!!





Campeonato Metropolitano 1983


Si ganar dos títulos seguidos es difícil, ni hablar de alcanzar tres al hilo. Hasta ese entonces, sólo Racing, en una oportunidad, y River, en tres, lo consiguieron. En el Metropolitano del 83, Estudiantes quería hacerse aún más grande y qué mejor que ganar un tercer campeonato en forma consecutiva. Sin embargo, el equipo tuvo un comienzo bastante irregular. A pesar de haber ganado 3 de los 4 primeros partidos (1 a 0 a Vélez en La Plata, 0-2 frente a Talleres en Córdoba, 3 a 0 a Racing en La Plata y 3 a 2 frente a Central en Rosario), luego sufrió una racha de 6 partidos sin triunfos, con cuatro derrotas y dos empates, los dos de local: 1 a 1 contra el Ferro de Carlos Griguol y 3 a 3 con Huracán, partido que remontó luego de estar 3 a 1 abajo. Después de perder en Córdoba con Instituto 1 a 0 en la fecha 10, la racha negativa se cortó con la victoria 1 a 0 frente a San Lorenzo en La Plata (gol de Claudio Jeannoteguy). Sin embargo, en la fecha siguiente cayó 3 a 0 contra Racing de Córdoba y empató los siguientes cuatro partidos.

La derrota 2 a 0 contra Vélez en el comienzo de la segunda rueda parecía indicar que Estudiantes estaría lejos de la pelea. Pero el equipo reaccionó y a fuerza de victorias se acercó al lote de los punteros. Luego de la caída en Liniers, registró 11 partidos sin derrotas, con 7 victorias y 4 empates. A falta de siete partidos, Estudiantes se ubicaba en el cuarto lugar con 34 puntos, detrás de Ferro (40), Independiente (39) y San Lorenzo (37). Para meterse definitivamente en la pelea había que ganarle a Independiente en Avellaneda. Pero los locales fueron superiores y con la victoria de 2 a 1 (goles de Jorge Burruchaga y José Percudani, descontó Guillermo Trama) dejaron muy lejos de la punta a Estudiantes, que ya no pudo recuperarse y terminó en el 6° lugar, a 10 puntos del campeón, justamente Independiente.

Este torneo tuvo varias particularidades, como la posición final de River Plate, que terminó penúltimo, y el descenso de Racing Club, al instaurarse los promedios para decidir la pérdida de la categoría.

Arriba: Luis Alberto "Loco" Islas, Claudio Alejandro Jeannoteguy, Hugo Edgardo Tevez,
Claudio Oscar Gugnali, Hugo Alberto "Negro" Moreno, & Luis Malvarez.
Abajo: Adriano Tomaz "Negro" Custodio Méndez, Gustavo Rezza, Alberto Alejandro Monzón,
Alberto de Jesús "Tigre" Benítez, & Alejandro Daniel Astudillo.
Game: vs Rosario Central 3-2 (Gigante de Arroyito, Rosario, Santa Fe; Metropolitano, 4th game, June 29, 1983)

El año 1983 fue el del retorno de la democracia. Y en el marco de la campaña electoral que lo llevó a la presidencia de la Nación, el candidato de la Unión Cívica Radical, Dr. Raúl Alfonsín, pasó por el viejo estadio de Estudiantes de La Plata.





1984: el fin de un ciclo


El año 1984 marcaría el fin de este ciclo dorado para Estudiantes de La Plata, que se había iniciado con el retorno de Carlos Salvador Bilardo en 1982 y había continuado en 1983 bajo la dirección técnica de Eduardo Luján Manera. Se había obtenido dos campeonatos consecutivos y se estuvo realmente muy cerca de lograr el Torneo Metropolitano de 1984.

Luego de ese torneo, se iría Manera y Estudiantes entraría, a partir de 1985, en una década nefasta en cuanto a los resultados deportivos, que terminaría con el descenso de 1994.

Luego del bicampeonato y la vuelta a la Copa Libertadores, las ilusiones pincharratas se renovaron en el Nacional 84 ya que el equipo se había quedado con la última edición en el 83. Y el arranque fue para entusiasmarse. Estudiantes encabezó el grupo H tras conseguir cinco victorias y un empate. Debutó con la goleada 4 a 0 sobre Olimpo de Bahía Blanca con tres goles de Trama y uno de Larramendi; luego derrotó a Atlanta y a Unión San Vicente de Córdoba, tanto de local como de visitante, y cerró su participación de local con la igualdad en uno ante Olimpo. En los octavos de final, el rival fue Talleres que había quedado segundo en el grupo A. En el partido de ida jugado en La Plata, el equipo cordobés, en aquel momento dirigido por Humberto Maschio, se impuso 1 a 0 con gol de Hoyos de penal. El trámite del partido fue favorable a Estudiantes que creó varias situaciones de gol. Había que sacar toda la estirpe épica para dar vuelta la historia en Córdoba. Sin embargo, Estudiantes no tuvo las respuestas futbolísticas para doblegar a Talleres y con el 1 a 1 final, el equipo de Manera quedó eliminado.

Arriba: Rubén Agüero, Luis Alberto Islas, Miguel Ángel Russo, Hugo Omar Issa, 
Julián Camino, & Abel Ernesto Herrera. Abajo: Marcelo Trobbiani, 
José María Vieta, Guillermo Trama, Alejandro Sabella, & José Daniel Ponce.
1ra rueda del Metro, fecha 19, 5-8-1984, vs Ferro Carril Oeste 0-0, Estadio: Caballito.

El debut en el Metropolitano fue una fiesta. Aunque no sobró fútbol, se consiguió una importante victoria como local, nada más y nada menos que ante Boca. En un partido de poco vuelo, Estudiantes fue superior y se impuso con una jugada de pelota parada, la especialidad de la casa. A cuatro minutos del final del primer tiempo vino un córner desde la izquierda que Hugo Issa bajó en soledad en el segundo palo. La pelota fue directo a la posición de Sergio Fortunato y el goleador, en su primer partido luego de su paso por Europa, estampó el definitivo 1 a 0 dentro del área chica.

La victoria inicial fue un buen envión y después de empatar sin goles con Platense en Vicente López por la segunda fecha, Estudiantes ganó siete partidos seguidos (1 a 0 a San Lorenzo en La Plata, 1 a 0 a Talleres en Córdoba, 2a 1 a Racing de Córdoba en La Plata, 4 a 2 a Newell's en Rosario, 2 a 0 a Unión en La Plata, 1 a0 a Temperley de visitante y 1 a 0 a Chacarita en La Plata). Así, llegó puntero a la décima jornada en la que debía visitar a Argentinos. Los de la Paternal, que luego serían campeones, fueron superiores y con goles de Jorge Olguín y Carlos Morete sacaron ventaja de dos goles. Trobbiani descontó sobre la hora a través de un penal, pero no alcanzó y entonces Estudiantes resignó el invicto.

Triunfo 2 a 0 ante Unión de Santa Fe en La Plata, por la 7° fecha, 
con goles de Claudio Jeannoteguy y Adriano Custodio Mendes.

En la fecha siguiente recibió la visita de River y se recuperó. En un partido con muchas llegadas, Estudiantes ganó 2 a 0. Sin embargo, el dato más importante del partido fue la severa lesión que sufrió Gurrieri, la carta de gol del equipo. El delantero, que ese día convirtió el primer gol y recibió la falta del penal que Trobbiani cambió por el 2 a 0, se fracturó la pierna izquierda luego de una fuerte entrada de Jorge Gordillo. La otra nota destacada de este partido fue la gran actuación de Luis Islas, ya consolidado como titular indiscutido. En su paso por el club, el arquero mostró un nivel excepcional, tal vez el mejor de su carrera.

Luis Alberto Islas. El "loco", el "pulpo", un arquero espectacular.

Estudiantes se mantuvo en la senda ganadora durante la mayor parte del torneo y desarrolló una extraordinaria campaña como local: terminó invicto con 15 victorias, nueve de ellas seguidas, y tres empates. Sin embargo sufrió varias derrotas como visitante, nueve en total, que resultaron devastadoras para sus aspiraciones. Además de perder con Argentinos Jrs., cayó ante Vélez (1-0), Central (1-0), Boca (3-1), Racing de Córdoba (1-0), Unión (3-1), Chacarita (1-0), River (2-1) e Instituto (2-1). El otro déficit fue que no le pudo ganar ni a Argentinos Jrs. ni a Ferro, campeón y escolta, respectivamente. La ecuación final dio como resultado el tercer lugar con 48 puntos, dos menos que Ferro y tres menos que Argentinos.

Arriba: Rubén Agüero, Juan Carlos Benítez, Néstor Oscar Craviotto, 
Miguel Ángel Russo, Claudio Larramendi, & Abel Ernesto Herrera. Abajo: José María Vieta, 
Sergio Esteban Gurrieri, Guillermo Trama, Alejandro Sabella, & José Daniel Ponce.
2da. rueda del Metro, fecha 30, 3/11/84, vs River Plate 1-2, Estadio: Monumental.





2 comentarios:

  1. El mejor equipo que tuvimos, lejos. Un mediocampo galáctico, para todos aquellos que hablan del antifútbol. Daba gusto verlos jugar

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  2. Sin dudas, el mejor equipo del Pincha que yo ví jugar. No pude ver al equipo de Zubeldía, pero este Estudiantes era una cosa de locos verlos jugar

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